Núremberg, una joya medieval

Núremberg (Nürnberg, en alemán) es una importante ciudad del Estado de Baviera, en la Franconia Media, cuyo origen se remonta al siglo XI. A día de hoy, todavía conserva buena parte de las puertas de acceso y muralla de 1325. Al ubicarse en un importante nudo comercial entre el Mediterráneo y el norte de la actual Alemania, la ciudad prosperó durante el Medievo y el Renacimiento, llegando a ser sede y custodia de los emblemas y reliquias del Sacro Imperio Romano Germánico entre 1424 y 1796, fecha en la que el viejo imperio colapsó, en época de Napoleón, y se creó el Reino de Baviera.

La ciudad continuó su próspero crecimiento en el siglo XIX, siendo la línea entre Núremberg y la vecina Fürth la primera conexión ferroviaria de la actual Alemania (línea inaugurada en 1835). Esa bonanza industrial y económica, unida a su simbología como sede ancestral de las señas identitarias del Primer Reich, condicionaron el auge y foco del Nacional-Socialismo de los años 30 del siglo pasado en Núremberg, ubicando en esta ciudad los congresos y desfiles nazis que tenemos todos en la retina con el Fürher proclamando soflamas en su podio ante miles de soldados formados… Hoy ese fatídico lugar, desmantelado de todo simbolismo totalitario desde el final de la Segunda Guerra Mundial, es un parque y un centro memorial para aprender y no repetir.

Zeppelinhaupttribüne

La noche del 2 de enero de 1945 una incursión aérea de la RAF dejó caer sobre Núremberg cerca de 6.000 bombas incendiarias que devoraron más del 90% del casco histórico. Resultado: miles de víctimas y uno de los campos de escombros más notables de toda la Segunda Guerra Mundial (un desastre equiparable a los sufridos en Varsovia, Dresde o Rotterdam). Así quedó el centro histórico:

A causa de esa macabra simbología que Núremberg tenía para los nazis, fue en esta ciudad donde los aliados y vencedores de la Segunda Guerra Mundial ubicaron el Gran Tribunal destinado a juzgar a los criminales de guerra, dándoles lo que ellos no le dieron a sus víctimas: un juicio justo. El conocido como Proceso de Núremberg tuvo lugar en el Palacio de Justicia entre 1945 y 1946, sentando en la banqueta de acusados a figuras nazis de la talla de Göring, Keitel, Speer, Hess, Ribbentrop o Dönitz. Algunos pagaron sus delitos con cárcel, y muchos con la horca.

El Plan Marshall para la reconstrucción de Europa propició el llamado Milagro Económico Alemán, el cual consiguió recuperar en poco más de una década buena parte de la industria y el patrimonio destruido entre 1944 y 1945, reconstruyendo con la máxima fidelidad posible todos aquellos edificios dañados en los bombardeos que, al menos, conservaran un 10% de su estructura original. Debido a ello, a día de hoy podemos contemplar el contraste de las casas entramadas medievales con otros edificios de factura más moderna, pero que se adaptan en forma y estética a la panorámica de la ciudad previa a la Segunda Guerra Mundial.

Con cerca de 550.000 habitantes en su término municipal, cifra que se multiplica por tres contando su área metropolitana, Núremberg ha recuperado completamente su belleza e importancia previa al siglo XX (de hecho, es la segunda ciudad del Estado de Baviera, después de Múnich, y la decimotercera en importancia en toda Alemania), muy bien comunicada por tierra, río y aire y con un casco antiguo de cuento medieval.

Veamos ahora algunos de los grandes atractivos culturales e históricos que ofrece tan interesante ciudad.

El Castillo Imperial de Núremberg (Kaiserburg Nürnberg)

Patio de Armas y Pozo del Kaiserburg

La ciudad de Núremberg aparece por primera vez en las fuentes históricas en 1050, cuando el rey Enrique III la visitó. La cota más alta de la ciudad es el actual Patio de Armas del Castillo Imperial, sito sobre una roca arenisca que ofrece una gran visibilidad del valle del río Pegnitz. La primera mención histórica de una fortaleza sobre dicha loma se remonta a 1.105, siendo el rey Conrado III quien ordenó la construcción de una residencia real fortificada en tan privilegiada ubicación.

Durante el siglo XIII Núremberg se convirtió en Ciudad Libre Imperial, un estatus que le otorgaba grandes privilegios comerciales que potenciaron su importancia política y su crecimiento mercantil. Debido a ello, a partir del siglo XV esta ciudad férreamente amurallada fue elegida como el lugar de custodia de las señas identitarias del Sacro Imperio Romano Germánico, el estado de Europa Central más influyente desde el Medievo hasta la Revolución Francesa.

Dentro del castillo destaca sobre el resto de edificios, es más, diría que sobre toda la ciudad, la Torre del Pecado (Sinwelturm), una torre redonda de mampostería. Subiendo por sus cien escalones de madera llegas al piso superior, que a su vez es la cota más alta del centro histórico de Núremberg, punto de referencia y el lugar con mejores vistas de toda la ciudad.


La Casa de Alberto Durero (Albrecht Dürer Haus)

Alberto Durero (Albrecht Dürer, Nürnberg, 1471 – 1528) fue uno de los pintores renacentistas más influyentes de sus tiempos. Su madre era nuremburguesa y su padre era un carpintero de origen húngaro, cambiando su apellido a Dürer (fabricante de puertas) una vez se estableció en Núremberg.

Esta bonita casa fue construida junto a la muralla de Tiergärtnertor en 1420 por el comerciante Bernhard Walther y es un claro ejemplo de las residencias burguesas de la Baja Edad Media. Alberto Durero y su esposa Agnes la compraron en 1509, donde residieron hasta la muerte del pintor. En el bombardeo de enero de 1945 sufrió daños, pero menos que otras casas adyacentes. Gracias a ello fue reconstruida casi idénticamente a su estado original y desde 1971, coincidiendo con los 500 años del nacimiento del pintor, se abrió de nuevo al público como su Casa-Museo. De todas las estancias interiores, la que mejor se conservó fue la cocina, que hoy luce tal cual era en el siglo XVI.


Tiergärtnertor Platz, un ricón de cuento

Justo bajo del Castillo Imperial y frente a la Casa-Museo de Alberto Durero se extiende esta bonita plaza que parece sacada de un cuento medieval. En ella abundan bares y restaurantes típicos como el Wanderer o el Zum Albrecht Dürer, así como destacan varios elementos: un San Jorge, una liebre inspirada en uno de los cuadros de Durero y la gran puerta-torre que da nombre a la plaza: Tiergärtnertor


El Museo de la Ciudad (Stadtmuseum Fembohaus)

La Casa-Museo de la Ciudad se ubica en la próspera residencia de una de las familias más adineradas del Núremberg a caballo entre los siglos XVI y XVII. Subiendo la escalinata que conduce a la planta noble, un Mercurio tallado en madera (dios protector de los comerciantes) da la bienvenida al visitante. Una sucesión de salones renacentistas (con frescos mitológicos en sus techos) y barrocos (con figuras en estuco blanco) dan fe de la prosperidad económica de los sucesivos e influyentes propietarios de este inmueble situado en la Burgstrasse, muy cerca del Ayuntamiento.


La Iglesia de San Sebaldo (Sebalduskirche)

Es la iglesia más antigua e importante de la ciudad alta y sita junto a la Plaza del Mercado (Hauptmarkt). Fue consagrada a San Sebaldo, un ermitaño local que vivió en la zona durante la Edad Media y que es el actual patrón de la ciudad. Su construcción comenzó en el siglo XIII, combinando su planta románica con las posteriores reformas y ampliaciones góticas de los dos siglos posteriores, como el coro y el transepto (inspirados en la catedral de Bamberg).

Como curiosidad, San Sebaldo fue la primera iglesia Evangélica Luterana de la ciudad (1525), pero el Consejo Ciudadano votó por mantener toda su decoración interior intacta, como el Sepulcro Gótico de su santo patrón. La Vidriera del Emperador, situada en el ábside y mostrando los escudos de todos los estados gobernados por los Habsburgo, sobrevivió a los grandes destrozos de la Segunda Guerra Mundial, y se conserva tal cual fue creada a principios del siglo XVI.


Las riberas del río Pegnitz

El Pegnitz es el río que cruza la ciudad antigua y divide en dos el centro histórico de Núremberg. Nace en la Alta Franconia y sus aguas afluyen hasta el Meno, que a su vez lo hace en el Rin. Por mediación de canales artificiales, este río también está conectado con la cuenca del Danubio, un factor determinante en el desarrollo comercial de la ciudad desde la Edad Media.

Sus orillas ofrecen un precioso paseo arbolado donde la arquitectura medieval de la ciudad se funde con el río, destacando en su ribera la Torre-Puente de Schlayerturm, el antiguo Almacén de Vinos (Weinstadel), hoy albergue juvenil, y el Puente y Casa del Verdugo (Henkerhaus), ubicada en el mismo puente.


La Plaza del Mercado (Hauptmark)

La Plaza del Mercado es el punto neurálgico de la ciudad alta, centro de actividad política y comercial desde la Edad Media y, actualmente, un espacio funcional para negocios, hostelería, exposiciones temporales, etc. Aquí es donde se ubica el famosísimo Mercado de Navidad.

En ella destacan la preciosa iglesia católica de Nuestra Señora (Frauenkirche), obra gótica del siglo XV reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, con su famoso carrillón; la Cámara de Comercio con su fresco en la fachada de la Caravana de los Mercaderes y la Schöner Brunnen, una fuente gótica del siglo XIV que llaman maravillosa por su bonita factura y colorido.


El Palacio de Justicia y el Memorium (Justizpalast)

En la Fürtherstrasse, la gran avenida que une la ciudad con la vecina Fürth, se construyó el Palacio de Justicia de la ciudad a finales del siglo XIX. Concluida la guerra, las naciones aliadas eligieron la simbólica Núremberg para llevar a cabo el juicio sumarísimo a los cautivos nazis de mayor rango, 24 altos cargos e industriales prominentes del Tercer Reich, aprovechando que el gran Justizpalast había sufrido pocos daños durante los bombardeos. El lugar elegido para tan trascendental juicio fue la Sala 600, que hoy podemos visitar en la segunda planta del Memorium (Museo de los Juicios de Núremberg), sentarnos en las que fueron banquetas de prensa y hacernos a la idea de cómo era todo aquello entre noviembre de 1945 y octubre de 1946, fecha en la que concluyó el llamado Proceso de Núremberg.

Por esta banqueta junto a la gran puerta de acceso, con su ascensor directo entre el penal y la Sala 600 del juzgado, pasaron monstruos de la talla de Hermann Göring, Joachim Von Ribbentrop, Wilheim Keitel, Albert Speer, etc., escuchando a los 240 testigos y las cerca de 300.000 declaraciones que confirmaron los horrores del régimen nazi y sus innumerables crímenes de guerra. Los jueces militares de UK, EEUU, URSS y Francia condenaron a muerte a once de ellos (algunos cobardes como Göring se suicidaron antes de ser ejecutados), otros más fueron encarcelados a cadena perpetua o cargaron con penas de veinte años de prisión. Sin duda alguna, la Sala 600 del Palacio de Justicia de Núremberg es uno de esos lugares marcados en la Historia de la Humanidad.


El Museo Nacional Germano (Germanisches Nationalmuseum)

El rey de Baviera Maximiliano José II donó en 1857 su colección de arte medieval al recién creado Museo Nacional Germano (1852), cediéndole además el antiguo Convento de los Cartujos. Parcialmente destruido tras la Segunda Guerra Mundial, en 2019 fue remodelado y actualizado para exponer sus 25.000 piezas de colección fija (con un fondo de más de 1.300.000 objetos censados, entre ellos la Bola del Mundo más antigua que se conserva, diseñada por el mercader y astrónomo Martin Behaim en 1491, un año antes de la llegada de Colón al Nuevo Mundo). Es el Museo de Historia más grande de toda Alemania.


El Ayuntamiento Viejo (Altes Rathaus)

En pleno siglo XIV, la ciudad de Núremberg todavía no tenía como tal un espacio dedicado que hiciese las funciones de Ayuntamiento. Un modesto edificio gótico se construyó junto a la Plaza del Mercado (Hauptmarkt), que pronto quedó obsoleto en espacio a tenor de la bonanza económica y política de la ciudad.

No fue hasta finales del siglo XVI cuando se empezó la construcción del imponente edificio tardo-renacentista que hoy vemos en la Burgstrasse, con sus dinteles imponentes que representan las armas de la ciudad y del Sacro Imperio Romano Germánico, ambos obra del escultor Leonhard Kern (1617).


El Carrusel del Matrimonio (EhekarusselHans Sachs-Brunnen)

Para tapar la ventilación de la estación del metro de la Torre Blanca (Weisser Turm), en 1984 se adjudicó el proyecto al escultor Jürgen Weber quien, inspirándose muy libremente en el poema Das bittersüße eh’lich’ Leben de Hans Sachs, diseñó esta polémica fuente que no deja a nadie indiferente cuando pasas por su lado y te entretienes en sus curiosas escenas…

El corazón de mármol frente a la estación contiene grabado el poema original de Hans Sachs, la pila de su base recicla el agua de la ventilación del metro y las seis escenas, hechas de bronce dorado al fuego, representan las etapas del ciclo conyugal, desde el encantamiento amoroso hasta la muerte. Todo un ejemplo de sensualismo pseudobarroco que no te puedes perder paseando por este animado espacio peatonal repleto de tiendas, terrazas y patrimonio artístico e histórico (la Torre Blanca se corresponde con una de las puertas de la muralla del siglo XIV).


La iglesia de San Lorenzo (Lorenzkirche).

La Iglesia de San Lorenzo es uno de los iconos de la ciudad, visible desde muchos puntos al estar ubicada en la cota más alta de la colina al sur del Pegnitz. Su construcción se concluyó alrededor del 1400 en estilo gótico tardío alemán. Junto a San Sebaldo, el templo fue de los primeros en adoptar la fe luterana. en 1525, pero también conservó toda su decoración previa por decisión del Consejo de la Ciudad.

Luminosa y espaciosa en su interior gracias a sus grandes vidrieras, destaca en el Coro el imponente sagrario de Adam Krafft (1490), una creación fantástica que se eleva hasta el crucero del ábside (y donde el mismo artista se representó en su base). Elementos góticos y renacentistas, como la escalinata del órgano, se funden en este bonito edificio que fue muy dañado en enero de 1945 y que fue reconstruido tal cual era en su momento de esplendor.


Casco Antiguo de Núremberg

Esta ciudad no atesora grandes monumentos que atraigan turistas para hacerse un selfie en ellos. Toda la ciudad es un monumento en sí, repleta de rincones pintorescos como estos: de izquierda a derecha, las casas entramadas de Weissgerbergasse, el Carrillón Gótico de la Frauenkirche, la renacentista Nassauer Haus y la Fuente de la Virtud, el Handwerkerhof (barrio de los artesanos) junto a la Frauentor, la fachada art noveau de la Ópera, la Wasserturm junto al antiguo almacén de vinos y la Weinmarkt Platz (zona de animada vida nocturna).


El Hospicio del Espíritu Santo (Heilig-Geist-Spital)

El Hospital del Espíritu Santo (Heilig-Geist-Spital) fue el hospicio más grande de la antigua Ciudad Imperial Libre de Núremberg. También fue el lugar donde se custodiaban las joyas del Sacro Imperio Romano Germánico (estuvieron aquí desde 1424 hasta 1796). El hospital se construyó en gran parte sobre el río Pegnitz a mediados del siglo XIV y fue remodelado tras la Segunda Guerra Mundial como restaurante típico y residencia. Muy ricas las salchichas nuremburguesas con chucrut (servidas en plato de latón con forma de corazón, como manda la tradición) y estupendo el apfelstrudel acompañado de un Asbach (el brandy bávaro).


El Barco de los Locos (Narrenschiff)

Antes de cruzar el Museumbrucke se encuentra otra singular escultura de Jürgen Weber que se inspira en la litografía de Durero sobre la obra de Sebastian Brant llamada Stultifera Navis (Das Narrenschiff en alemán), publicada en Basilea en 1494. Desde Adán y Eva hasta nuestros días, este polémico escultor tampoco deja indiferente a nadie que pase por su lado…


Más curiosidades del centro histórico de Núremberg

De izquierda a derecha, una réplica de la Corona Imperial se expone en el Museo de la Ciudad (Fembohaus), dentro de una sala dedicada a la simbología y las señas de identidad del Sacro Imperio Romano Germánico. Junto a las torres de San Sebaldo se encuentra la parroquia homónima, con este ventanal gótico del siglo XV tan bonito en su puerta. En el restaurante Röslein (el decano de la ciudad, junto al Rathaus) y el Bratwursthäusle (situado junto al ábside de San Sebaldo y que huele que alimenta) te sirven las estupendas salchichas franconas acompañadas de chucrut y la cerveza local más popular (Tucher). Detrás del Rathaus se encuentra la estatua neogótica en homenaje a Martin Behaim, el comerciante nuremburgués del siglo XV que elaboró la primera bola del mundo en 1491. Karolinenstrasse es la calle comercial más importante de la ciudad (peatonal desde San Lorenzo hasta la Torre Blanca). La iglesia de Santa Catalina no se reconstruyó tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y sus ruinas han quedado como memorial de tan dramático pasaje del siglo XX.


Conclusión: Núremberg es un lugar perfecto para escaparte tres o cuatro días. Con vuelo directo desde Valencia y con el Aeropuerto Internacional Alberto Durero a poco más de quince kilómetros del centro histórico, resulta un destino cómodo para el viajero. Patrimonio bien cuidado, tranquilidad en sus calles (muchas de ellas de cuento), gente amable, ambiente en sus terrazas, lugares interesantes e importantes que visitar, oferta gastronómica de calidad, buenos precios, líneas ferroviarias que unen la ciudad con otros destinos cercanos e interesantes como Bayreuth, Fürth, Bamberg o Wuzburg, el lugar de nacimiento de los Playmobil y mucho más. En resumen, una escapada perfecta para disfrutar de Baviera en general, y Franconia en particular.


Núremberg, una joya medieval
por Gabriel Castelló Alonso


Publicado por Gabriel Castelló Alonso

Autor de novelas históricas ambientadas en la antigua Roma y ensayos sobre Historia Antigua, de espíritu republicano, laico y amante de las artes y los fogones

Un comentario en “Núremberg, una joya medieval

  1. Muchas gracias por esta excelente descripción de esta ciudad tan histórica y moderna. Si no temen el frío y días cortas, recomiendo ir en diciembre para poder disfrutar del Christkindles-Markt.

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