Historia de la depilación

La sostenibilidad del vello púbico

Actualmente, algunas famosas como Gwyneth Paltrow y Cameron Díaz defienden la sostenibilidad del vello púbico. Sí… ha llegado un punto en que, a pesar del rubor o el estupor al escuchar ciertos comentarios o reivindicaciones, nos encontramos con influencers que estiman necesario hablar sobre temas que, para algunos/as (sobre todo algunas) pueden resultar del ámbito de la intimidad.

La historia de la depilación, en todo caso, cuenta con miles de años y con ciertas modas ciertamente peligrosas, además de dolorosas, por lo que tiene sentido que algunas que puedan ponerle voz al tema, que tiendan a alzarla para proclamar lo que para ellas es mejor: la sostenibilidad del vello púbico como la mayor máxima de la moda actual. Vamos… lo que se entiende por más cool.

Según las teorías de la evolución, que Charles Darwin publicó en 1871, un cuerpo con menos vello obedecía a que estaba más evolucionado (y por ende era superior). Sin embargo, los movimientos de #NoShave están tomando impulso en las redes sociales. Pero antes de Instagram las feministas, como Sandra Bartky, argumentaban que la depilación es una forma de control del patriarcado, pues ellos pueden presentarse tal cual son y sus cuerpos están bien al natural, pero nosotras tenemos que modificarlos constantemente para adaptarnos a los estándares de belleza de la sociedad.

Partiendo de aquí, vayamos, pues, a una breve revisión de la historia de la depilación.


Los orígenes de la depilación

La depilación es una práctica antigua que ha existido desde tiempos remotos. Las primeras evidencias de la depilación se remontan a las antiguas civilizaciones prehistóricas, egipcias, griegas y romanas, donde tanto hombres como mujeres se depilaban utilizando una variedad de métodos.

Tres son los libros destacados sobre los que se basa este artículo. El libro de Plucked, el libro Secretos admirables de la naturaleza y Encyclopedia of Hair: A Cultural History (enciclopedia del pelo: un historia cultural), de Victoria Sherrow. A todos iré haciendo mención en algún punto del presente artículo.

Según el libro Plucked, de Rebecca M.Herzig (el tratado sobre depilación más extenso), existen ciertas dudas sobre algunas cuestiones que se dan por ciertas. Con todo, podríamos resumir la historia de la depilación con los siguiente puntos.


La depilación en la prehistoria

La supervivencia, en la era prehistórica, necesitaba de llevar rapado el cabello. Tanto hombres como mujeres se depilaban con piedras filosas. De esta manera, sin pelo en la cabeza, era más difícil que un adversario los atrapara durante alguna lucha o batalla.


La depilación en el antiguo Egipto

El ideal de la belleza era la mujer del faraón y ésta, por motivos religiosos, debía ir siempre depilada, pues no podía entrar en los templos con vello (ni cabello). De hacerlo, podía ofender a los dioses. Del mismo modo ocurría con el faraón, de manera que se convirtió en algo bastante común. Se consideraba un símbolo de limpieza y estatus social.

Si bien continuaron usando algún tipo de piedra afilada, en el antiguo Egipto fue cuando se comenzaron a usar las ceras. Las mujeres egipcias se depilaban utilizando una mezcla de cera de abejas y miel, que luego retiraban con un tipo primitivo de papel de cera. Para realizar las ceras, siempre naturales (claro), se utilizaban productos tales como el aceite, la miel o el azúcar que mezclaban con agua. Asimismo, era muy utilizados el pepino, la savia y el sicomoro, que era un árbol sagrado para la cultura egipcia, las pinzas de cobre y/o las conchas de mar.


La depilación en la antigua Grecia

En la antigua Grecia, la depilación también era muy popular, especialmente entre las mujeres. De naturaleza muy peludas debían de sufrir bastante porque a los hombres griegos les gustaban las mujeres depiladas pues era el ideal de belleza, juventud e inocencia.

Para conseguir su objetivo, existían varios métodos: o bien se aplicaban una pasta hecha de azúcar y limón o bien usaban cuchillas de bronce. Pero, también solían aplicar ceniza caliente o socarraban el vello mediante el acercamiento de una llama de alguna lúchnoi. En este último caso, mitigaban las quemaduras con ciertas esponjas. Si usaban ceras, éstas estaban hechas de sangre animal, resina y minerales. Su crema depilatoria, la denominada dropa, se realizaba con vinagre y tierra de Chipre. Sin embargo, las más finas usaban las pinzas (las que, probablemente, habréis visto en algún museo histórico).


La depilación en la antigua Roma

En la antigua Roma, la depilación era una práctica común tanto para hombres como para mujeres. Como en las anteriores culturas, también utilizaban diversos métodos como pinzas, cuchillas de afeitar o incluso la depilación con cera caliente. Pero, como en el caso de los griegos, y a diferencia de los egipcios, la depilación iba más destinada a las mujeres. Como las griegas, usaban las volsellae (las pinzas), pero usaban, además de las cremas y ceras griegas, las que generaron posteriormente, a base de una mezcla de resina, vejiga de cabra, sangre de murciélago y serpiente en polvo. Eso sí: teniendo en cuenta la extensión geográfica y la temporal, las técnicas iban variando.

‘Baño pompeyano’, óleo del siglo XIX de Niccolò Cecconi.
 Art Gallery of New South Wales, Australia

La costumbre, en el Imperio Romano, era depilarse el vello nada más aparecer en la pubertad. Comienzan a surgir espacios específicos para la depilación ubicados en los baños públicos o termas. En estos espacios, los esclavos lo llevaban a cabo con cera a base de alquitrán o las anteriormente indicadas. En estas termas, había espacios separados para hombres y mujeres; pero, de no haberlos, se abrían unas horas al día para mujeres y otras para hombres. En algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto a hombres y mujeres. Los esclavos masculinos depilaban a los hombres y las esclavas, a las mujeres.


La Edad Media

Durante la Edad Media, la depilación perdió popularidad en gran parte de Europa debido a las creencias religiosas y sociales de la época. Se asociaba el vello corporal con la naturaleza y la sexualidad, y la eliminación del vello se consideraba inapropiada, si bien se conoce que ciertas mujeres siguieron depilándose, pues son muchos los castillos que tenían una habitación específica para la depilación. Su método preferido parecía ser el arrancamiento con los dedos.


El resurgimiento de la depilación en el Renacimiento

En el Renacimiento, la depilación volvió a ganar popularidad, especialmente entre las mujeres de la nobleza. La piel sin vello se consideraba un símbolo de belleza y estatus social, y se utilizaban técnicas como el uso de cuchillas afiladas o incluso la aplicación de una pasta hecha de azufre y cal.

El primer tratado conocido sobre la depilación que se encuentra documentado, fue escrito en 1532. Éste fue escrito por el médico español Juan de Aviñón: Secretos admirables de la naturaleza (Secretos admirables de la naturaleza y artes que en la medicina se contienen). Este tratado aborda diversos temas relacionados con la medicina, incluyendo la depilación.

En su obra, Juan de Aviñón describe diferentes métodos de depilación utilizados en la época, como el uso de una mezcla de azufre, orina y ceniza, que se aplicaba sobre la piel para debilitar el crecimiento del vello. También menciona el uso de diversas sustancias y técnicas para eliminar el vello, como la cera caliente, la depilación con pinzas y el afeitado.

Sin embargo, Secretos admirables de la naturaleza no se centra exclusivamente en la depilación, sino que abarca una amplia gama de temas relacionados con la medicina, la alquimia y la astrología. Este tratado proporciona información valiosa sobre los métodos de depilación utilizados en el siglo XVI y ofrece una visión interesante sobre otras prácticas y creencias de la época en relación con la depilación y la estética corporal.

Según la Encyclopedia of Hair: A Cultural History, era habitual que las prostitutas elaborasen ungüentos para la depilación. Un ejemplo, basado en una cita del libro , es el siguiente: «Cómo eliminar o perder cabello de cualquier parte: hierve una solución de una pinta de arsénico y una octava parte de una pinta de cal viva. Ve a un baño o una habitación caliente y esparce la mezcla por toda el área que desees depilar. Cuando sientas calor en la piel, lávala rápidamente para que no se caiga la carne». Ya entonces, por tanto, sabían de los efectos de la cal viva y del arsénico, dos productos que, a pesar de conocerse, provocaron estragos, también, en las modas de maquillaje de la época victoriana (algo que da para un artículo independiente).

La precursora de esta moda fue la reina Elizabeth I, la cual, a pesar de su larga vida, se cree que murió sufriendo como consecuencia del uso de estos desgraciados ungüentos. Un uso poco recomendable era el de la cera creada a partir de cal viva y arsénico para las cejas.

En Las tres Gracias, de Rubens, y en El nacimiento de Venus, de Boticcelli, se muestran los cuerpos sin vello de la mujer, que lo eliminaba con vendas impregnadas en vinagres y aceites para hacer de aligerante en un rasurado con navajas. Entonces comenzaba a ser habitual, también, el uso frecuente de las navajas y pinzas.


La depilación en el siglo XVIII

En el siglo XVIII, la depilación se volvió más refinada y las mujeres comenzaron a utilizar ceras y pomadas especiales para eliminar el vello no deseado. Se popularizó el uso de instrumentos de depilación, como las primeras ceras frías y las primeras cuchillas de afeitar desechables. Jean Jacques Perret, un barbero francés, inventó la primera navaja afeitadora y las mujeres comenzaron a utilizarla. 

Perret

El auge de la depilación en el siglo XIX

En el siglo XIX, la depilación se hizo más accesible para las clases trabajadoras. Se desarrollaron productos comerciales, como cremas depilatorias y lociones químicas, que permitieron a más personas deshacerse del vello no deseado de manera más fácil y económica. El marketing ya comenzaba a proclamar las bondades de un cuerpo depilado y de, por supuesto, los productos que conseguían facilitar tal tarea. En 1844 el Dr. Gouraud creó la Poudre Subtile, la primera crema depilatoria moderna.


El avance de la depilación en el siglo XX

En el siglo XX, la depilación se convirtió en una parte integral de la rutina de belleza de muchas mujeres. Surgieron nuevas técnicas como la fotodepilación (o depilación eléctrica), la cual, si bien tiene su origen en el año 1.875, cuando el Doctor Charles E. Michel (de Missouri) aplicaba por primera vez la corriente galvánica para eliminar pestañas subcutáneas, se popularizó hacia 1997, cuando se empezó a utilizar la Luz Pulsada, el Láser Alejandrita y el Láser de Diodo.

En 1960 se creó el láser RUBY, el primero que se utilizó con fines dermatológicos y estéticos, sin embargo no tuvo mucho éxito por el daño que infería en la piel de las mujeres y por ello el invento nuevo que se popularizó, por aquellos entonces, fue el de las bandas de cera. 

Láser de diodo

Como anécdota, vale la pena decir que algunas actrices del cine clásico americano, como Rita Hayworth, ya recibieron algún uso de la electricidad para retrasar el inicio de su frente.

Gillette (King Camp Gillette) inició la comercialización de la maquinilla de uso desechable en 1903, para hombres. Posteriormente, en 1914: la Gillette Milady Décolleté, para axilas, piernas y brazos (o para cualquier zona con vello no deseado). En 1933, se popularizó la maquina eléctrica, o maquinilla eléctrica, la cual fue toda una revolución. Gracias a Remington, siete años después, se comercializaba, también, la primera maquinilla eléctrica especial para mujeres (para piernas y brazos).

Maquinilla de 1920

Hacia 1922, se comenzaron a comercializar marcas de depilatorios como María Stuard, proclamando que hacían desaparecer el vello sin dolor y sin dejar marcas.

En el caso de los hombres, durante el siglo XX el afeitado de la barba se conseguía también a través de máquinas eléctricas, si bien muchos continuaban usando las cuchillas desechables con diferentes tipos de filo metálico para rasurar tanto barba como cabeza. El barbero, sin embargo, tendía a usar la navaja. Quizá esto último ha cambiado en algunas barberías del siglo XXI, pero podríamos considerar que, desde el siglo XX, la depilación para hombres sigue siendo la misma (excepto en los casos que usen la fotodepilación).


Otras zonas y religiones | El hilo

Oriente

En la India o en Persia encontramos que se utilizaron elementos como las navajas de cobre y técnicas como la del hilo. En el Imperio Persa al hilo se le denominaba bande abru (donde bande significa hilo y abru es ceja). En la cultura persa la depilación con hilo era un símbolo que significaba el paso de ser niña a mujer y, por tanto, era un elemento importante en esta cultura pues tenía un significado erótico-sexual (incluso era considerado un poderoso afrodisíaco). Las navajas de cobre se usaban en la depilación del vello púbico y en zonas más extensas.

Estos usos también se daban en Pakistán, Vietnam e incluso, en un posterior Egipto, así como en otras zonas orientales no musulmanas.

En China también era un signo de higiene y pureza. Las religiosas, para ordenarse, debían pasar por el ritual de la tonsura: se les afeitaba toda la cabeza, como se ve en los frescos de las Cuevas de Mogao en DunHuang China .

Judíos y musulmanes

Las mujeres judías, como las musulmanas, también practicaban la depilación utilizando la técnica del hilo pero, en ambos casos, era considerado un signo de higiene. La depiladora sostenía el hilo entre los dientes y formaba un triángulo tomando cada extremo con sus pulgares; luego pasaba el hilo por la zona pilosa, arrancando los vellos de raíz.

Esta técnica aunque dolorosa era muy efectiva y popular, pues, en muchas zonas y nunca ha dejado de serlo, hasta el punto de convertirse en popular en algunos salones de belleza occidentales que ofrecen tratamientos alternativos a la cera o a la fotodepilación.

Las musulmanas, según el Sunnah, se deben depilar para mantener su cuerpo limpio. Por ello, se depilaban el pubis y las axilas también con la técnica del hilo. Asimismo, los Otomanos consideraban pecaminoso que una mujer dejara crecer el vello en sus partes privadas. Sus baños públicos tenían cuartos especiales, llamados hamams, donde las damas se depilaban. Todavía hoy existen.

América

En América, los aborígenes también solían depilarse, especialmente los nativos que vivían en la que hoy es Argentina (llamados frentones por los conquistadores españoles ya que eliminaban todo el vello de la cara, incluidas las pestañas y cejas). Sus pinzas eran de conchas de moluscos; sus tijeras, quijadas de las palometas; sus navajas, valvas de moluscos afiladas.

La historia de la depilación en el continente americano queda bien recogida en el libro Plucked, de Rebecca M.Herzig, especializado en esta zona del mundo.


Siglo XXI

Muy similar a los usos y costumbres depilatorias del siglo XX, podríamos incidir en que aumentaron las tendencias masculinas sobre el uso de la depilación mediante el láser.

En el caso de mujeres y parte de los hombres, se ha puesto de moda tener ls cejas muy perfiladas, por lo que se ha desarrollado un arte en esta materia.

También han aumentado las tendencias de depilación púbica femenina (pudiendo ser completa -la púbica- o parcial -la brasileña). La depilación brasileña consiste en la eliminación del vello en la zona intima femenina, pudiendo ser total o dejando un área sin depilar. En el caso de la depilación púbica se abarca, además de la zona brasileña, las zonas genital y perianal.

Está de moda no tener vello por debajo de las cejas…
Foto: Getty

Podríamos concluir que, hoy en día, así como en las edades antiguas, la depilación es un signo de cuidado corporal y de belleza, indispensable para atletas, modelos o personas que desean cuidar de su cuerpo, si bien existen poderosas tendencias feministas y símbolos como grandes influencers que desean luchar contra lo que consideran una forma de esclavitud.

¿Qué opinas tú sobre la depilación? ¿Conocías su historia? No dudes en dejar tu comentario en esta entrada y/o donde la veas publicada.

Si te ha gustado, por favor, compárteme. Gracias de antemano. Y, si te ha sabido a poco (pues hay más anécdotas al respecto, sígueme en mi Facebook donde voy a colgar una serie de acertijos al respecto.


Historia de la depilación
por Carmen Nikol


Publicado por Entrevisttas.com

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6 comentarios sobre “Historia de la depilación

  1. Seré rarito, pero a mi, particularmente, no me molesta el vello en axilas y genitales, en mujeres. Eso si, en las piernas no lo soporto. Cosas de la vida. Por otro lado no imaginaba que este tema diera tanto de si. Buen día

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  2. Si todos los esfuerzos, sufrimientos y horas dedicadas a perder el vello a lo largo de los milenios se hubiesen dedicado a otras cosas…

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