Invierno es época de nieblas

Invierno es época de nieblas. Las bajas temperaturas provocan la condensación de la humedad y las pequeñas gotas de agua en suspensión reducen la visibilidad. Este fenómeno, unido al deshielo de los aviones, ralentiza las operaciones en esta época del año.

Niebla en el despegue de un avión

Pero la tecnología desafía los límites, los aviones pueden aterrizar en condiciones de visibilidad vertical y horizontal cero: pueden llegar hasta el suelo sin que el piloto tenga ninguna referencia visual del exterior de la aeronave, pero con la firme convicción de estar milimétricamente posicionado en el centro de la pista de aterrizaje una vez finalizada la maniobra de aproximación. La precisión de los equipos de abordo, las instalaciones en tierra y el entrenamiento de las tripulaciones lo hacen posible.

Los aviones pueden aterrizar en condiciones de visibilidad vertical y horizontal cero: los aviones pueden aterrizar en condiciones de visibilidad vertical y horizontal cero

En el siguiente video podéis comprobar que el avión, tras el aterrizaje automático por instrumentos, queda perfectamente centrado en el eje de la pista.

Aterrizaje por D. Antonio Alonso | Comandante de Airbus 350 (flota de largo recorrido)

Hay un último handicap de tipo fisiológico. El ojo del piloto necesita de aproximadamente 100 metros de visibilidad, horizontal, para mantener la orientación y poder rodar hasta el parking. Aunque ya existe la tecnología necesaria para obviar esa limitación se requiere de tiempo para contrastar al cien por cien su fiabilidad y muchos recursos económicos para implementarla.

Es por ello, que una vez el avión abandona la pista, la tripulación debe continuar transitando entre el intricado número de calles de rodaduras y pistas en aeropuertos de gran tamaño, asistido únicamente por señales visuales.

Vista aérea | Aeropuerto de Chicago
Vista aérea | Aeropuerto de Chicago

No todos los aeropuertos están dotados de las instalaciones necesarias para operar en condiciones de visibilidad tan reducida por la niebla.

Dependiendo de los equipos de tierra y de su estado, el piloto podrá descender hasta una determinada altura sobre el terreno. Si a esa altura ve la pista, y la visibilidad horizontal está por encima de la requerida, puede continuar para completar la maniobra de aterrizaje, si por el contrario no la ve porque las nubes están todavía más bajas deberá frustrar y volver a remontar el vuelo. Es una maniobra segura y recurrentemente entrenada en simuladores.
Hay pasajeros que disfrutan con la sensación de gran aceleración que se produce al frustrar y hay otros a los que no les hace ninguna gracia.

Vista desde la cabina de vuelo en condiciones de niebla

En un exceso por simplificar, la realidad es algo más compleja y llena de variables, podemos clasificar la operación y a los aeropuertos en tres grandes categorías en función de la precisión de los equipos:

  • Cat I: al piloto le está permitido bajar hasta 200 pies (62 metros) del suelo, si ve la pista continuará la maniobra para aterrizar, pero si las nubes están todavía más bajas y no puede ver la pista, deberá volver al aire y proceder a un aeropuerto alternativo donde pueda aterrizar. La cat. I requiere de aproximadamente 1400m de visibilidad horizontal.
  • Cat II: el piloto puede bajar hasta 100 pies (33 metros) del suelo. Se requiere de 300 metros de visibilidad horizontal
  • Cat III: el piloto puede llegar hasta el suelo sin ver nada. Se requieren 100 metros de visibilidad horizontal

Estas cifras son tan solo orientativas, ya que intervienen un gran número de variables que harían compleja la exposición. Cuando la visibilidad horizontal se reduce por debajo de 400m, los aeropuertos deben aplicar unos procedimientos más restrictivos porque desde la torre, los controladores no ven la posición de los aviones. Es necesario distanciar más a las aeronaves, la circulación se ralentiza como pasa con los coches en la niebla.

Antes de iniciar la maniobra de aproximación al aeropuerto, la tripulación conoce los datos de la visibilidad horizontal y techo de nubes, pero nada es piedra porque los bancos de niebla se mueven de manera caprichosa, mejorando o reduciendo las condiciones meteorológicas al instante. El piloto podrá iniciar la maniobra si se cumplen los requisitos meteorológicos, pero si llega a sus mínimos de altitud y la visibilidad cae por debajo de la requerida, debe frustrar.

Un ejemplo: con una visibilidad horizontal de 125 m un avión puede aterrizar en Madrid, que dispone de Categoría III pero no puede aterrizar en Santander que es Categoría I y requiere de 1400m.

Os dejo, en el siguiente video, una réplica perfecta de la cabina del A350, donde practicamos de manera recurrente esta y otras maniobras.

Simulador A350

Invierno es época de nieblas
Por Antonio Alonso, Comandante de Airbus 350 (flota de largo recorrido)


Un comentario en “Invierno es época de nieblas

  1. Por casualidad, ayer leí con un breve intervalo de pocas horas, este interesante artículo sobre los aterrizajes con niebla, y otro publicado en El Confidencial, analizando el accidente de Air France en el vuelo de Rio Janeiro a París en 2009. La transcripción de las conversaciones grabadas en la caja negra, teniendo en cuenta la relativa bisoñez del copiloto y piloto auxiliar, pone los pelos de punta. Después de la lectura de ambos textos, los que nos vemos obligados a viajar con frecuencia en vuelos de larga distancia, aún valoramos mucho más que a los mandos del aparato se sienten pilotos expertos y bien entrenados.

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