Cedros mensajeros

La Fuenfría es un paraje del municipio de Igualeja (Málaga). Ubicado en la matriz montañosa de la Serranía de Ronda, se enclava en el interior del monte público de aquella localidad, perteneciente a los propios de su Ayuntamiento. Como tantos otros de aquel conjunto montañoso es un lugar lleno de historia. Desgraciadamente, de historia turbulenta, vinculada a uno de los últimos pasajes atribuidos al bandolerismo andaluz, protagonizado por Francisco Flores Arrocha, vecino de la localidad que acabó sus días en 1932.

Cedros monumentales en La Fuenfría (Igualeja, Málaga)

De forma similar los últimos andaluces que se levantaron contra el Rey de las Españas a finales del siglo XVI también asentaron su campamento y refugio entre estos collados y oteros. El puerto de la Refriega o la Sierra del Real, conservan nombre de eventos militares. El Meliche, vecino morisco de Igualeja, aún tiene escrito su nombre en la memoria de estos barrancos.

Siempre fue un lugar de paso. Los puertos de montaña que se presentan desde el llano de Ronda hasta la costa discurrieron siempre por aquí de forma serpenteante cuando los senderos se acoplaban fácilmente a las laderas montañosas. La ruta entre Marbella y Ronda fue así un camino de conexión que vinculaba los usos marineros de la costa con los ganaderos de la montaña o los agrícolas del llano rondeño. Hoy en día, ese camino, ya mejorado, mantiene su uso conectivo habiéndose transformado al uso turístico como Puerta verde de Marbella.

Pero también tuvo un pasado más amable. En los años 50 acogió un pequeño vivero para producción de planta (Guerrero, com. pers.) que el Patrimonio Forestal del Estado utilizó para reforestar en los montes públicos de la zona. No faltaba el agua, era fresco en verano, la tierra era profunda. El lugar ofrecía condiciones inmejorables para ese uso. En aquellos tiempos era usual el cultivo sin envase, lo que se llama producción de planta a raíz desnuda.

Algunos de los cedros y pinos cultivados, allí quedaron y prosperaron hasta lograr dimensiones colosales, convirtiéndose en monumentos de vida frente a la tragedia que marcó la historia de su entorno.

Produjeron semilla llegada su madurez y ahora tienen descendencia, mostrando que las montañas divisadas por sus ancestros desde el Rif al otro lado del mar, son también un lugar bueno para vivir. Aunque tuvieran suelos pobres y casi tóxicos, como las peridotitas de Ronda.

Recientemente, rompiendo esta armonía natural que enmarcan el agua cristalina y los árboles monumentales de este paraje, los simples mentes salvadores de la tierra bermeja han llevado a cabo una de esas que se llaman acciones anónimas, con lo que alimentan la historia trágica de este lugar.

Han procedido a estrangular cuantos han podido al amparo de la noche y la luna llena, con la idea de que mueran y callen su testimonio.

Siguiendo protocolo similar a quienes protestan las prohibiciones quemando el monte, o la restauración del equilibrio biológico matando lobos, estos otros actúan intentado ahogar árboles seculares al estigmatizarles como especies exóticas de carácter invasor. El democrático criterio de unos cuantos urbanitas trata de imponerse a la voluntad de sus convecinos propietarios.

Uno de estos árboles, que con sus 80 cm de diámetro anda próximo al siglo de edad, ha visto cercenado el tronco por el que respira y se nutre. Nunca pareció estorbar, ni hasta ahora nadie increpó contra él o produjo daños a ninguno de ellos. En su pacífico estar, conviven con pinos y pinsapos que prosperan también aquí de forma espontánea.

De forma silenciosa, pausada y generosa, nos han transmitido el mensaje de que su madera, la mejor de las coníferas, tenía cabida entre los pinos y encinas de este lado del mar, el mítico al Andalus. Incluidos los sustratos complicados ricos en magnesio. Para bien de sus habitantes y con la tolerancia de sus ecosistemas.

Pero la misiva ya llegó a sus amigos del pueblo, los propietarios del monte. Esperemos que, muerto el mensajero, su martirio no haya sido en vano.

Referencias:
Guerrero Gil, R. (2020).- Comunicación personal. Entrevistas sobre Flores Arrocha y la Fuenfría. El Madereo en la Sierra del Real


Cedros mensajeros
por Antonio Pulido Pastor


Publicado por PULI

Pastoreo estrellas, cultivo mariposas, construyo bosques

22 comentarios sobre “Cedros mensajeros

  1. Gracias por ser vocero de este anónimo asalto, cobarde y sin sentido.
    La noticia me impacta, conozco en presencia el espacio donde estos cedros conviven y la sensación que tuve al acceder a él, fue como la de entrar a un santuario.
    Por fortuna en estos montes públicos la semilla del cedro regenera de forma espontánea, con lo que, por más radicales de miras cortas nieguen la evidencia, la vida prospera y se desarrolla en riqueza y diversidad.
    Gracias también por cuidar de TODOS los habitantes de la foresta, de la tierra, de sus árboles, manantiales, animales (incluido el hombre), pueblos, pájaros y sendas… Gracias por contribuir al bien común a veces en contra del mal común: la falta de miras, de reflexión, de escucha…de sentido.

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    1. Gracias a ti María por tu sensibilidad y comprensión. Efectivamente, llegar a aquel lugar y situarse al cobijo de esos árboles monumentales transmite la sensación de lugar sagrado. Teniendo en cuenta la historia trágica del sitio se disipa la duda de que sea un paraje lleno de energía con ganas de transmitir vida a perpetuidad. Tal vez sea esa fuerza la que ha dado dimensiones colosales a aquellos árboles cuya edad aún queda por definir con exactitud para precisar el rol que tuvieron en el discurrir del entorno y de sus gentes.
      Pase lo que pase y pese a quién pese, como bien dices, sus semillas han dejado ya su mensaje, «las peritontitas» tienen un espectro de especies más amplio del que se esperaba dentro de la flora mediterránea permitiendo la diversificación de los monótonos pinares, la creación de paisajes de valor sobresaliente, la reducción de la combustibilidad frente a incendios forestales y el aprovechamiento de su madera por los propietarios del terreno. El criterio mayoritario de los vecinos de Igualeja, debe primar sobre la minoritaria opinión de unos cuantos foráneos que no tienen vinculación con la vida rural de aquel entorno.

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  2. Que suerte tenemos de pertenecer a este bonito paraje, es entrar en él y parece que se detiene el tiempo. Muchas gracias a todos los que hacéis posible que se pueda seguir disfrutando cada día de él.

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    1. Así es Jero. Llegar a ese lugar es como encontrar un santuario. Un silencio catedralicio en el que los picapinos y otros pájaros ponen música a la letanía que normalmente recitan la brisa o el viento. Enhiestos pilares de madera longeva, densa bóveda arbórea y agua bendita. Hay pocos sitios como ese en toda España y ninguno en esta parte de poniente. Es bueno que tenga vuestra consideración y reconocimiento.

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  3. ¿Qué intenciones, intereses o motivaciones pueden llevar a hacer cosas así?
    Dicen que defienden la sierra, la naturaleza, el medio, pero intentando esquilmar y dañar unas de las mayores joyas botánicas y vivientes de la Serranía de Ronda, pierden todo el sentido del ser.
    Dicen que son «ecologistas», sin entender que romper cualquier avance de la conservación.
    Esperemos que esto sólo se quede en un intento o amago de terrorismo ambiental fracasado.
    No podemos olvidar que la tierra no nos pertenece, si no que se la estamos tomando prestada a nuestros nietos. Dejemos los egos a un lado, no hay enemigos, todos somos compañeros.
    Muchas gracias Pulido, una vez más, por hacernos llegar el mensaje y por tu trabajo incansable.

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    1. Las intenciones son evidentes. No es casualidad que esos árboles lleven allí instalados casi un siglo hasta haber alcanzado tallas monumentales y sea ahora, que señalan la utilidad de la especie sobre sustratos complicados como las peridotitas, cuando se agrede contra ellos. Obviamente, todos los indicios se orientan en la misma dirección del radicalismo que procedió contra los algarrobos que se pusieron sobre el mismo tipo de sustrato en Jubrique el año pasado. El anillado de la corteza tiene la clara intención de que los árboles se sequen y no sigan produciendo semilla capaz de prosperar de forma espontánea en aquel lugar.
      Muchas gracias por tu solidaridad con los vecinos de Igualeja y su monte público.

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  4. Estas maravillosas descripciones acompañadas de la narrativa y documentos gráficos atinadamente entrelazados ponen voz a los montes de Igualeja y nos ilustran la desgraciada situación de ataque que padecen. Gracias Antonio, por tu incansable labor.

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    1. Gracias José Miguel. Es algo que nos pasa a todos. Lo peor de la situación es que uno sabe que ya se trata de algo personal y que la han emprendido contra cualquier cosa que hago. La denuncia por construir estanques para biodiversidad acuática en la zona marginal de un camino abierto hace décadas, se suma a esto otro con el mismo nivel de incomprensión y carencia total de lógica en el sentido más clásico del término. Así que me he visto en la necesidad de expresarlo públicamente al igual que otros manejan sus particulares foros en sentido contrario.

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  5. Como de garrulos, deben de ser estos ecolojetas, q llevan hay doscientos años y nadie les ha tocado , los vecinos encantados con su patrimonio y ahora cuatro alucinados , lo echan a perder en un rato..

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  6. Por más que intente buscar comprender….que sentido tiene ese «activismo»? Cuanto egoísmo suelto…. Gracias Antonio por denunciarlo y por tu gran trabajo!!!

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  7. Gracias Antonio por dar voz al monte. La indignación que generan estos actos es inmensa. Racismo vegetal en su forma más genuina. desprecio absoluto a décadas, si no siglos, de crecimiento lento y sostenido de árboles inmutables frente a todos los avatares que seguro habrán sufrido en todo ese tiempo, salvo uno, el definitivo, la ignorancia de la vida y el radicalismo atroz de uno, o dos, o siete, da igual. Ellos se sienten con derecho a decidir por todos y por todo. Soberbia infinita. Destrucción irreparable. Tiempo acumulado en forma vegetal que no va a volver, y si lo hace no lo veremos ninguno de los que estamos hoy asistiendo a este atropello. Ni siquiera sus autores. Miseria humana. Qué indignación…

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    1. Muchas gracias maestra. Intento poner en práctica las muchas y muy buenas cosas que me enseñáis para bien de los montes y de la población que albergan o depende de ellos. Un abrazo

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  8. Increíble hasta donde puede llegar el ser humano. Y se harán llamar ecologistas la gentuza que ha hecho esto con los cedros.
    Una pena que mueran por anillamiento árboles tan valiosos como los cedros de la Fuenfría.
    Debido a la similitud de las montañas del sur de Andalucía con las del norte de África no hace muchos años seguro que en esta orilla del Mediterráneo también había cedros acompañando a los pinsapos.
    Una pena lo que han hecho injustificable.

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    1. Muchas gracias Javier por tu consideración. Ya sabes que en esto, coincidimos por la gestión de territorios similares. Como dice el artículo, al cedro sólo se le puede atribuir su mensaje sobre la viabilidad que presenta en suelos dificultosos como son las peridotitas. Contribuir a la diversificación del paisaje, con notable belleza, menor índice de inflamabilidad y combustilidad que los pinares así como incrementar notablemente el valor económico de sus estaciones, habiendo demostrado plena compatibilidad con el monte Mediterráneo apenas 100 km de distancia, es algo que no pasa por alto. Ni para los que apreciamos esos valores, ni por lo visto, para quienes se oponen a ellos.

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  9. Una noche, unos valientes racistas vegetales se pusieron de acuerdo y gritando al unísono ¡muerte al alóctono!, fueron a repartir justicia. Se autodenominan ecologistas pero no tienen ni idea de qué es eso. Son más bien los campeones de la estulticia. Ánimo, Antonio. El conocimiento prevalecerá.

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  10. En un nuevo asalto, la banda de gansters ambientales que se erigen en defensores de las tierras bermejas ha incidido nuevamente sobre los cedros de la Fuenfría para ejecutar la sentencia de muerte que tienen dictada contra estos árboles casi centenarios. Aquellos que se atribuyen una especial sensibilidad hacia la naturaleza se presentan como verdugos impasibles ante seres indefensos que magnifican el paisaje con su espectacular presencia. Como vulgares asaltaviejas y asustaniños se refugian en la impunidad de la noche para firmar este acto vergonzoso. Perjudican con ello al paisaje, a la calidad ambiental del sitio y sobre todo a los intereses de vida de los paisanos a quienes pertenece este monte y su contenido patrimonial. Un siglo de vida en estos lares, un legado monumental tras la tragedia de sangre que se originó entre aquellas piedras, se encuentra amenazado por media docena de iluminados.
    Mientras se mantienen ejemplares o rodales de eucalipto en el seno del territorio que con tanto ahínco parecen defender, se cuestiona la idoneidad de una especie mediterránea que ocupó la Península Ibérica y que llegó a extinguirse. Según los expertos, a causa de la presión humana y el desplazamiento por el pino salgareño, cuestión más que suficiente para la reivindicación de su carácter autóctono tal como define en su artículo 2 la Ley de Flora y Fauna silvestre en Andalucía.
    Pero tal como figura en la cabecera de este artículo, el mensaje de proximidad y convivencia ya está escrito en la letra de la sintonía que marcan sus ramas y acículas, en el tapiz húmico que dejan sus hojas al depositarse sobre el suelo y con la concordia que manifiestan entre sus vecinos los pinos, encinas y pinsapos. El debate ácido que se genera con tanta acritud y mala porfía hará venerables a los cedros de la Fuenfría, que reivindican su lugar en un territorio que no les es ajeno ni desconocido.
    Este tipo de actos irracionales, dictados desde el entorno urbano, sencillamente dan la razón al pueblo de Igualeja que siempre ha huído de normativa proteccionista y perjudicial que pudiera facilitar este tipo de actuaciones en perjuicio de su vinculación con el monte.

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  11. Muchísimas gracias por hacerme saber de la existencia de este hermoso paraje. Pude conocer de primera mano una cedrera y disfrutar con el porte monumental de este hermoso árbol, asombrado por la belleza del entorno casi tanto como del cobarde ataque a estos fascinantes ejemplares.
    En el lugar pude ver que esta especie no es invasora, ya que cohabita con el pino, pinsapo y otras especies autóctonas de las sierras rondeñas desde hace en torno a 70 años. Al pie y sombra de estos cedros pude ver un suelo limpio y sin material combustible por compostar, como las camas de pinochas que se forma bajo los pinos o la acumulación de ramas del invasor eucalipto, restos altamente pirofitos… Árbol australiano al que la santa inquisición bermejense le permite campar libremente por el interior de zonas protegidas de Sierra Bermeja (por ejemplo en la zona de la aerobase de Estepona) creo que este aspecto se debiera tener más en cuenta en una zona de incendios tan recurrentes.
    Gracias señor Pulido por dar voz a estas atrocidades y ser la espada y escudo de nuestro patrimonio verde

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    1. Muchas gracias Jordi. Los cedros de la Fuenfría volvieron a ser vandalizados tal como pudiste ver en la visita al lugar. Pero lo importante en este caso, al igual que ocurre con el algarrobo es que ambas especies han sido capaz de trasladar un mensaje y que nos llevan hablando desde hace más de un siglo (caso del algarrobo) sobre su capacidad para prosperar en sustratos difíciles como son los de origen ígneo, en este caso, los de Sierra Bermeja. Ese mensaje ya está en la conciencia de los habitantes del lugar y serán aquellos quienes decidan qué quieren hacer con los terrenos de su municipio, aprovechando o no las nuevas oportunidades que se presentan para manejar la situación de incendios recurrentes característica de las difíciles condiciones que presentan aquellas montañas. Cuanta más polémica se genere, mayor calado tendrá esta conciencia en el ser de sus vecinos e incluso otros grupos de personas de talante como el vuestro.

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      1. Fui a visitarlos, busqué mucha información sobre ellos y son tantos los beneficios que presenta esta especie que por supuesto que ahora lo defiendo. Me parece increíble que no hiciéramos como los franceses en su día y metiéramos cientos de hectareas destinadas al aprovechamiento de este recurso tan valioso, igual no se han preocupado en informase sobre el precio de su madera o de que ya estuvo durante siglos en las subbéticas, quién sabe, igual los antepasados de estos «machotes» ecoterroristas, fueran los mismos que exterminaron al cedro de nuestros montes por su beneficio propio en su momento, igual estos valientes nazis no saben que está a unos 2000 E el metro cúbico de la madera de cedro o que las vigas de la mezquita de Córdoba son de madera de cedro y que ahí llevan 1.000 años en pie…
        Grande el consistorio de Igualeja que da un paso al frente con propósito de hacer del cedro una especie más de sus bosques.

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