El jardín secreto

De nuevo, la magia de la primavera  hace renacer la naturaleza en todo su esplendor, al mismo tiempo  que nos va cautivando con su belleza. Como cada año, acude fiel a su cita, para ofrecernos como siempre lo mejor de ella: su fragancia, el canto de los pájaros, los árboles en flor, las semillas que germinan, la belleza de la vida que va brotando a nuestro alrededor. Entornos verdes o jardines floridos que nos ofrecen continuamente tanta inspiración para cultivar diversidad de semillas o plantas, como para vestir mesas y disfrutarlas.

La primavera brilla por doquier y os invitamos a todos aquellos que buscáis aventuras felices y queréis organizar una fiesta o encuentro, a viajar por el País del “Arte de vestir la Mesa”, con un mundo tan lleno de ilusión y fantasía, creatividad y magia como nos puede ofrecer la novela “El Jardín Secreto” de Frances Hodgson Burnett.  

Y, como si de un cuento de hadas se tratara, transportaros a lugares emocionantes y llenos de aventuras. Para ello contamos con la ayuda de un grupo de amigas, apasionadas por la decoración de mesas:

Han colaborado preparando unas creativas mesas y participando en la historia, donde se mezclan y confunden con los protagonistas de la novela de Hodgson Burnett:

  • Mary, niña de 10 años, la princesa de nuestro cuento de hadas.
  • Colin, niño de 10 años y primo de Mary.
  • Dickon, 12 años, quien ayuda a Mary a recuperar el Jardín.
  • Petirrojo, pajarillo que nos ayudará a descubrir la llave y la puerta escondida del Jardín.

El Sr. y la Sra. Craven y su jardín secreto

Mary, enfermiza, desagradable y malhumorada, recién llegada de la India tras la muerte de sus padres, es recibida en la Mansión de Yorkshire, una residencia de casi cien habitaciones, propiedad de su tío el Sr. Craven,.

Le dicen que debe permanecer en sus habitaciones, cuidada por una sirvienta, Martha, quien le cuenta la historia de la difunta Sra. Craven. Ésta pasaba horas en un jardín privado lleno de rosas, pero que ahora estaba cerrado y la llave enterrada.

Martha, muy a menudo, le iba sugiriendo que saliera a pasear por los jardines de la mansión y por ese extenso páramo que continuamente contemplaba desde su ventana y que tanto le desagradó a su llegada, siendo en estos paseos por el jardín, donde empieza su gran aventura.


Decoradoras de mesas | El jardín secreto


VERÓNICA PONCE OTERO
@bajo.mis.alas

Verónica, al igual que Mary, es curiosa y decidida. La mayor parte de su tiempo lo pasaba imaginando ese jardín que, continuamente, Martha le iba describiendo. Su entusiasmo y curiosidad por él iban creciendo cada vez que la escuchaba.

El jardín era un lugar paradisíaco, donde disfrutaban el señor Craven y su esposa, realizando continuamente largos paseos por él. Pero desde hacía 10 años permanecía cerrado, cuando la Sra. Craven tuvo una caída mortal desde la rama de un árbol, en la que diariamente se sentaba.    

Tras la muerte de su esposa, el Sr. Craven decidió cerrar el Jardín y enterrar bajo tierra la llave de la puerta. Amargado por esta situación, y huyendo de forma inconsciente de sí mismo, se dedicaría a viajar de forma continua por diversas partes del mundo.

Hasta que un buen día, Verónica, como Mary, le hizo caso a Martha y salió a pasear por los maravillosos jardines de la mansión, teniendo la oportunidad de conocer y hacerse amiga de un pequeño y vivaracho petirrojo, tan vivaz y despierto que no dejaba de revolotear.       

Verónica disfrutaba continuamente de la compañía del petirrojo, divertidos y felices encuentros en los que un día, entre risas y juegos llegan a descubrir la llave y la puerta que permanecía de forma oculta entre una gran maleza de hierbas y plantas, cual guardián protegiendo ese misterioso jardín.

Verónica, al abrir la puerta por primera vez, entró cautelosa y con la esperanza de encontrar vivas, después de tantos años, las plantas y árboles que allí habría. Tras cruzar la puerta, contempla perpleja campos llenos de maleza, pequeños arbustos, matas, pinchos y árboles de variedades extrañas, y se sorprende de tal manera, que su fantasía e imaginación se disparan por arte de magia, pensando cómo sería antaño ese jardín que había ante ella.

Verónica Ponce Otero

Lo imaginó, con extrañas variedades de plantas y perfumadas flores, bonitas estatuas, que ahora permanecían envueltas de matorrales y con unas maravillosas mesas, y que en ese mismo lugar se vestirían entonces con todo detalle. 

Verónica Ponce Otero

Era tanta su ilusión, que ya soñaba en crear una bonita mesa en él, con sus platos de Dior, copas de bico, mantel blanco, y un hermoso camino de mesa  a juego con las servilletas de toile de jouy.

Le añadiría unas velas, cómo así lo haría la Sra. Craven, cuando el Jardín se encontraba en su máximo esplendor.

Y Verónica soñó con tal intensidad con esa mesa, que hizo realidad la magia del jardín, como aquí podemos observar, con esta espléndida y hermosa mesa.


Mª DEL MAR CAPARRÓS RAMOS
@marcicaparros

Mar es tan atrevida y observadora como Dickon, el hermano de Martha. Su gran capacidad para inventar historias hace que se dispare de tal forma su imaginación y fantasía que, cada vez que visitaba el jardín, no dejaba de fantasear y crear nuevas ilusiones, de soñar despierta, y de sentir en sí misma esa pasión y entusiasmo que el jardín continuamente le generaba.

De gran sencillez y generosidad, apasionada de la vida campestre, habla con los animales, como lo hacía Dickon, y dice saber todo lo que ellos le comunican, pero sobre todo, es una gran apasionada de la naturaleza y de cómo vestir una bonita mesa en ella, para poder disfrutar de encantadoras tardes con sus amigos Dickon y el pequeño petirrojo.

Mar comparte con Dickon su secreto sobre el jardín que había descubierto, y juntos empiezan a dejar correr la imaginación, como el vuelo de un ave, de cómo podría llegar a brillar ese jardín.

Mª del Mar Caparrós Ramos

Mar soñó con rapidez una mesa vestida con uno de esos mantones de Manila, que la Sra. Craven  traía de sus continuos viajes por el mundo. Lo pondría por mantel, y elegiría el negro a juego con las copas negras, para representar a esa niña mimada y egoísta.

Mª del Mar Caparrós Ramos

Colocaría unas servilletas traídas de la mansión, bordadas por la Sra. Craven en sus ratos libres, platos con flores, acordes a las que habían en el Jardín, imaginando bellísimas flores de azaleas como antaño habrían, y candelabros en forma de lámpara de Aladino, que también decoraría con flores, como así lo haría la Sra. Craven en la época en la que el jardín mostraba toda su hermosura y esplendor.

Mar, de alta carga creativa, depositaría en esa mesa imaginaria la llave encontrada con su amigo el petirrojo, que les acompañaría en sus diarias tardes de merienda.

Y las cosas que con tanta fuerza se desean terminan haciéndose realidad, como el sueño de Mar en esta magnífica mesa, en la que destaca la llave que cerraría todavía ese “Jardín Secreto” que nadie más conocía.


JUANA SANZ CABRERA
@enelpaisdelasilusiones

Juana  dedicaba su tiempo a corretear por los jardines de la mansión, y por el silvestre y agreste páramo. En estos paseos podía sentir y disfrutar el aire fresco que tanto le agradaba  y que al mismo tiempo le beneficiaba. Con el paso del tiempo se iba produciendo un cambio en sí misma, pasando de ser esa niña enfermiza y delicada, como lo era Mary, a aumentar su apetito e ir desarrollando sentimientos de admiración, euforia y esperanza.

Preguntona e interesada, como lo era Mary, le pide a Martha, un libro sobre jardines y cómo cuidarlos, cuya obsesión era aprender el arte de cultivarlos y su intención empezar a trabajar en él cuanto antes y poder recuperarlo.    

Juana Sanz Cabrera

Su imaginación le lleva a imaginar y crear una mesa con su amigo el petirrojo, quien no dejaba de acompañarla.

Pensaba continuamente con semillas para esparcir y que así crecieran hermosas flores de gran diversidad y hermosos colores como glicinias, campanillas blancas, rosas, que fueran tan delicadas como olorosas, y así llenar de perfume el tan sublime jardín.

Juana Sanz Cabrera

Soñó con un mantel de petirrojos, al igual que los platos, vasos de colores acordes al entorno que le rodeaba, y una regadera como jarrón, donde pondría un ramillete de flores frescas recién cortadas, que le darían ese toque de vivos colores y alegría en su mesa.

La crearía como señal de amistad y cariño hacia su pequeño amigo el petirrojo, quien le ayudó a descubrir la llave y la puerta.

Y era tanta su pasión por su amigo, como lo era por las mesas, que lo que era una fantasía, un sueño o una ilusión se convirtió, por arte de magia, en una realidad, como podemos ver en esta preciosa mesa.

MÓNICA RAMÍREZ DE HERNÁNDEZ
@latavolacolorata

El padre de Mary trabajaban para el Gobierno Inglés en la India. A su madre sólo le interesaba la vida social e ir de fiesta en fiesta. Mientras la niña recibía poca atención por parte de sus padres, era asistida por criadas nativas.

Mónica, no deja de ser romántica y tener una gran imaginación como Mary. Su creatividad se desbordaba cuando su estancia en el jardín le incitaba a imaginar bellísimas mesas, que ella misma quería realizar, rodeadas de abundante vegetación, de hermosas y fragantes plantas y flores, acompañadas por el canto de las aves y pájaros, o escuchando la dulce melodía de las hojas al ser mecidas por el viento.

Mónica y Dickon, tras un periodo de tiempo visitando el jardín todos los días, deciden contarle su secreto al viejo Ben, el jardinero. Se hacen buenos amigos y éste les ayuda a cuidar y cultivar cuanto sembraron.  

Mónica Ramírez de Hernández

Cada día que iba pasando les permitía poder ir apreciando el resultado del trabajo que con tanta ilusión y entusiasmo estaban haciendo. En un momento mágico, Mónica se encuentra en un idílico rincón y siente al instante que ese espacio es el lugar ideal dónde colocar una espléndida mesa para reunir a sus amigos y poder descansar allí, con una exquisita comida, del continuo trabajo que estaban realizando.

Y su fantasía iba creciendo, al compás que su imaginación iba y venía. 

Mónica Ramírez de Hernández

Sí, lo tenía claro, pondría un mantel de flores, pero que fueran de bellos y atractivos colores, como el rojo, para que aportaran tanta pasión y alegría como ella en esos momentos sentía.

Pondría esos platos que tanto le cautivaban cada vez que en la Mansión se acercaba a la alacena de la Sra. Craven, con esas diminutas florecillas silvestres. Y unos vasos, en armonía con ellos, en los que se apreciaban también lindas florecillas pintadas, como lo expresaría un pintor.

¿Y unas servilletas en rosa con unos delicados servilleteros en forma de mariposas? Su ilusión e imaginación iba cada vez más en aumento.

El jardín ya presentaba maravillosos tulipanes, rosas, anémonas con su delicadeza y fragilidad en sus pétalos, además de gran variedad de flores con multitud de colores. Con ellas podría realizar unos bonitos ramos que decorarían su mesa.

Y con tanto ahínco lo vivió, que hizo que la magia hiciera realidad una atractiva mesa como ésta.


CECY TORRES BARROS
@mesas_con_amor_2022

Cecy es tan atrevida como observadora. No deja de sentir admiración por ese jardín tan lleno de belleza como de magia. Cada día sentía más y más la necesidad de llegar hasta él, de rodearse de cuanto allí había y sentir la dulce fragancia que cada flor le ofrecía.

Cecy, como la pequeña Mary, es pura felicidad, siempre consigue cuanto se propone, tenía claro dónde y cómo poder conseguir lo que necesitaba: semillas y diversidad de plantas que Ben le conseguía, amigos que colaboraran e ilusiones que no faltaran.

Un lugar que les unió, un lugar donde disfrutar y cooperar participando todos a una, un compañerismo creado por esa amistad que les unía, tardes de risas y alegrías,  contacto con la naturaleza, gran entusiasmo por cuidar el jardín, que con la ayuda de Ben iba cambiando y adquiriendo un gran atractivo y belleza. Todo esto  le lleva a Cecy a sentir una gran felicidad y percibir que el paisaje, el entorno que le rodea, y la felicidad de estar con los amigos, le iba haciendo abandonar esa soledad de antaño, para pasar a sentirse cada vez más acompañada.

Ceci Torres Barros

Cecy, tan romántica como creativa, sueña con una mesa en el jardín donde pasar la tarde con sus amigos. Haría un centro de mesa con unas fragantes flores recién cortadas y copas de bicos como las que apasionaban a la Sra. Craven. Le pondría  unos  preciosos caminos de mesa con flores, para darle belleza y alegría a esa mesa para compartir. Añadiría unos maravillosos platos también floreados, que le darían suma elegancia a esa bonita mesa con la que soñaba.

Ceci Torres Barros

Y, por esa magia y poder que otorga El jardín secreto, podemos ahora contemplar la mesa tan bella y armoniosa que Cecy se permitió soñar e imaginarla con sus amigos celebrando en ella sus deseados encuentros en las divertidas tardes de primavera. Y disfrutar todos juntos ese atractivo y espléndido jardín en primavera, que con tanto esfuerzo e ilusión habían conseguido.


ALMUDENA GONZÁLEZ HIDALGO
@almudenabird

Almudena, tan ingeniosa y creativa como Mary, princesa de nuestro cuento de hadas, tiene gran facilidad para imaginar una acogedora mesa a la hora del té. Organizar sus encuentros de cada tarde le resultaba una experiencia única e inolvidable.

Se llenaba de inspiración para planificar ocasiones especiales, imaginando una mesita tan acogedora como entrañable: la vestiría con mantel blanco sobre el que realizaría una linda guirnalda con maravillosas plantas de flores blancas que crecían en aquel jardín, flores extrañas, frágiles y excepcionales, ya que toda su obsesión era recuperar ese jardín que un día lo fue y que volvería, con ayuda de sus amigos, a conseguir todo su esplendor y belleza.

Almudena González Hidalgo

Imaginaba los platos con delicadas y bonitas flores de distintos colores, combinadas con gran armonía entre sí, como los arriates que ella misma hacía, con la ayuda de Ben y Dickon.

En un bonito candelero de porcelana en tonos azules, a juego con los platillos de pan, colocaría una vela azul, con una tulipa de cristal para protegerla del viento.

Con delicadas y elegantes copas de agua labradas, mientras las vagas mariposas, revoloteaban de flor en flor, en un ambiente al aire libre, y donde las rosas destacan por su fragante belleza.

Almudena González Hidalgo

Si realizamos un viaje visual por esta mesa, podremos contemplar esa nota de gracia que Almudena visualizó en su sueño, con esa perfumada guirnalda, cual hermoso detalle aportado por el pintor, en su admirable obra de arte.


TERESA CARBALLO ANDRÉS
@teresa._ponlamesa

Teresa, al igual que Mary, posee un gran optimismo y gran interés por todo aquello que le rodea. El privilegio de poder estar en contacto con la naturaleza, hace que se vayan produciendo en su interior sentimientos de gran euforia e inmenso amor por ese jardín que un día descubrió y que guarda en sí misma como un gran secreto.

Ver cumplir sus sueños, es todo su objetivo.                             

Cierta noche, cuando se encontraba en la cama, escuchó el llanto de un niño al que había oído llorar en sucesivos días, y no pudiendo resistir más su curiosidad: decidió salir en busca de ese llanto.

Y allí, en la soledad de la noche, descubrió la presencia de Colin, su primo, de 10 años también, que siempre había permanecido en su propia habitación desde que nació y sin conocer la luz del día, enfermizo, inválido, histérico y egoísta y que siempre cree que va a morir.

Teresa, compasiva cuando lo vio, hizo que su imaginación le transportara a lugares más sugerentes, como querer llevar a Colin al Jardín secreto que junto a Dickon estaba rehaciendo. Teresa podía sentir que el resurgir de ese “lugar mágico” tendría un efecto beneficioso sobre su primo.

A su llegada, Colin vio, escuchó, y sintió por primera vez la primavera, en el interior de un jardín oculto entre muros, repleto de árboles, plantas y flores.

Teresa Carballo Andrés

Teresa no deja de soñar e imaginar una bonita mesa para esos encuentros en el jardín con Colin y Dickon.

En ese Jardín secreto destaca la figura de una mujer, cual musa o venus, para crear una mesa femenina, y al abrigo de la noche que tantos secretos oculta.

Teresa Carballo Andrés

Soñaba con un maravilloso mantel de encaje blanco, sobre tejido de toile de jouy, y que acompañaría con platos antiguos de Boch que tuvieran de relieve un pez. Cubertería de plata y copas de Bohemia y, como centro de mesa, unas rosas y calas recién cortadas, como a la Sra. Craven le gustaba hacer. Unas velas para iluminar la noche, cuya magia se hacía más patente, entre tanta dulzura y calidez.

Sus sueños e ilusiones le llevaron a crear situaciones más emocionantes que la propia realidad: en un lugar mágico, para una fantástica mesa como ésta.


ANA LOU GARCÍA
@mesas_analou

Ana Lou está tan llena de inquietudes como Mary, quien no dejaba de soñar en un lugar tan hermoso. Imaginaba cómo sería hace tan solo unos años este jardín que mantiene en secreto.

Dickon se encontraba tocando una flauta de madera, sentado bajo un árbol rodeado por varios animales. Su melodía sonaba al unísono con esa música interna que los páramos y jardines nos ofrecen de forma continuada, como el zumbido de las abejas, el trino de los pájaros, el revoloteo de las mariposas, el ulular del viento, o el maullar de un gato.

Música que sabe a gloria, a brezo, a hierba, a flores, a frutas o a tierra mojada.

Ana Lou García

Ana Lou no deja de imaginar. Su fantasía le lleva más allá, en frescas tardes de meriendas, cuando, exhaustos por el trabajo continuo y dedicado a cuidar el jardín, pudieran disfrutar de los logros conseguidos.

Sueña con una mesa en un extraordinario espacio, de gran diversidad de delicadas flores, olorosas y exóticas, con unos estilizados y elegantes flamencos y unas majestuosas y esbeltas garzas paseándose por doquier.

Ana Lou García

Ana imagina una mesa con mantel de tela de lengua mallorquina de color lila. Colocaría unas servilletas en gris oscuro como las que la Sra. Craven guardaba en un cajón de la alacena en la Mansión, y que le darían ese magnífico contraste con los platos tan originales, de forma cuadrada y de color amarillo.

Soñar con los colores y jugar con la bonita combinación entre el lila y el amarillo, le hacía sentirse feliz y alegre con la vida.

Y su sueño terminó siendo realidad, como vemos en esta exótica y delicada mesa para disfrutar en un exótico jardín, mientras se va sintiendo el suave  viento en las mejillas, el aroma de la tierra mojada, o la bella sinfonía del canto de su amigo el petirrojo.


ANA Mª CANTERO REVUELTA
@mesastuyyo

Ana es valiente y decidida. Quiere terminar su obra para pedirle a su tío que regresara a la mansión, e invitarle a comprobar el cambio de ese jardín que él mismo cerró, ocultando la llave y ordenando que nadie lo visitase.

Ana, que cuando entró por primera vez se encontró con un salvaje y desolado jardín, ahora se llenaba de gran felicidad y satisfacción al contemplar tanta belleza y la paradisíaca imagen de cuanto allí había. Era el fruto obtenido con su gran tesón y entusiasmo, que con la ayuda de sus amigos Colin, Dikon y Ben habían recuperado para poder pasar en él largos encuentros, llenos de tertulias, risas, contadas fantasías, y momentos de gran felicidad.

Ana Mª Cantero Revuelta

Su pasión le hace soñar con una mesa situada en un tranquilo enclave del jardín, con mantel fucsia en contraste con el verde de la vegetación. Le pondría una vajilla de Macao, como una que la Sra. Craven trajo en unos de sus viajes, a juego con los pequeños tibores, que utilizaría como jarrones colocando hermosas orquídeas para darle ese toque de alegría, distinción y belleza al decorar su mesa.

Ana Mª Cantero Revuelta

Añadiría hermosos candelabros, con lindas velas, en armonía de colores  al conjunto de la obra de arte que decidiría realizar en su bonita mesa.

Una mesa cuyos colores destacaran en el jardín verde, en el enclave donde la quería realizar.

Colocaría una preciosa bandeja donde presentar el delicado juego de té, con su tetera, tazas, azucarero y lechera. Una mesa cargada de dulces, variedad de sándwiches, y deliciosos scones.

Una mesa de incomparable belleza para disfrutar de una deliciosa tarde con sus amigos, con los que compartía sueños e ilusiones, risas y alegrías. 


MARTA SEGOVIANO LIMÓN
@hilo_x_hilo

Marta proyecta su fantasía e ingenio, como lo hacía Mary, en ese magnífico jardín totalmente recuperado y dispuesto para la visita del Sr. Craven. Su sueño hecho realidad.

Marta elije un lugar del jardín, dónde un dosel de delicadas glicinias proporciona un toque de esplendor a su delicada mesa.

Marta Segoviano Limón

Un mantel lila que ella misma creó con sus propias manos, en armonía con esas bonitas y delicadas flores, al que le añadiría unos preciosos individuales en blanco, servilletas, y unos bonitos servilleteros. Todo ello fruto de su creación e ingenio, puesto que esto es a lo que Marta se dedica en la vida real.

Lo completaría con la mejor cristalería que había en la Mansión, pondría su juego de té de plata, y como centro de mesa un bonito ramillete de glicinias, que le darían ese toque de esplendor a tan exuberante mesa.

Marta Segoviano Limón

El sueño de Marta se hace realidad en tan paradisíaco entorno, donde ya  nunca más la puerta del jardín  permanecerá oculta ya que quedará permanentemente abierta, como hizo saber el Sr. Craven.

Y un idílico paisaje aparecerá tras esa puerta, dónde destacará para siempre su tan elegante y armoniosa mesa.


Conclusión

Con la visita del Sr. Craven a ese jardín que él mismo cerró, ya no sería El jardín secreto, sino el Jardín de la belleza.                                                     

La magia del jardín había dado su fruto, convirtiéndolo en un lugar idílico y paradisíaco, atractivo y placentero.

Ese poder de la magia, también ha creado una especial relación entre los personajes como Mary, Colin y Dickon y las diez colaboradoras que, juntos en esta aventura, descubren los secretos del jardín, envueltos de gran fantasía e imaginación. Sueños que han hecho realidad, tanto en la recuperación del jardín, como en la creación de sus mesas, fruto de la pasión puesta en ello y que les llevará a disfrutar de momentos únicos e inolvidables.

Esa magia que hará valorar mucho más el significado de la amistad, de la colaboración, de la creación en equipo, del amor y compañerismo, de la bondad y del respeto que juntos y al unísono debemos tener por esa Naturaleza que tanto nos aporta.

Porque en el corazón de cada mesa siempre late la emoción de cada una de sus creadoras, que con tanta ilusión y pasión la ha hecho. Ese mismo latido, que al mismo tiempo siente la propia autora, al contemplar y ver la obra terminada en cada una de sus mesas.

Una Mansión de grandes misterios, un Jardín mágico y de extraordinaria belleza y un Secreto que cambiará vuestras vidas, mis queridos lectores, si tomáis la decisión, como un día la tomaron nuestras colaboradoras, de imaginar y crear bonitas mesas.

Portada de El jardín secreto de la Editorial Anaya

Y, como dijo Colin: trataré de descubrir que significa para mí la Magia, pues creo que hay Magia en todo lo que nos rodea.


El jardín secreto
Escrito por Juana Sanz,
en colaboración con las siguientes grandísimas decoradoras de mesas, sin orden de excelencia, pues todas son igualmente magníficas:
Verónica Ponce Otero, Mª del Mar Caparrós Ramos, Mónica Ramírez de Hernández, Cecy Torres Barros, Almudena González Hidalgo, Teresa Carballo Andrés, Ana Lou García, Ana Mª Cantero Revuelta y Marta Segoviano Limón.


Publicado por Juana Sanz

Estudié Magisterio, ejerciendo muchos años como profesora de EGB y cursé posteriormente la licenciatura de Psicología. Master Tastavins. Amante de la decoración de mesas, de la gastronomía y del mundo de los vinos. Correo electrónico: jn.sanz@gmail.com Instagram: @enelpaisdelasilusiones @lamarquesadeterabithia

Un comentario en “El jardín secreto

  1. Ya había visto alguna publicación de esta revista. Pero después de ojearla con detenimiento he decidido que está bien suscribirse a ella porque sus publicaciones son de gran interés.

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