Otra forma de viajar

Existe un consenso contrastado por la medicina sobre que los viajes proporcionan felicidad. Claro está que me refiero a los viajes de placer, aquellos que realizamos durante las vacaciones a los destinos que elegimos libremente y, si puede ser, con las personas adecuadas, aquellos amigos o familiares fáciles para convivir, reír, comer y beber.

Hace años descubrí otra forma de viajar, una que nada tiene que ver con mi profesión aeronáutica. Cuando puedo viajo despacio y bajito, pedaleando por la extensa red de caminos de España por caminos de tierra y polvo jalonados por pinos, arbustos, maíz o centeno. Veo las estelas de los aviones desde tierra, aviones a mil por hora que cruzarán de un continente a otro mientras yo apenas habré recorrido los sesenta o setenta kilómetros que separan a los monasterios del Cister, o bien los cuarenta kilómetros del Monasterio de Tábara al de Moruela, o la distancia entre santa Marta y el monasterio de Benaguasil. Son rutas y espacios que reconfortan y nos alejan de toda clase de ruido.

La primera gran ruta fue la Vía de la Plata, un camino entre Sevilla y Santiago de Compostela que se lleva a cabo transitando sobre antiguas calzadas romanas. A partir de ahí, como una adicción. todos los años monto las alforjas en mi bicicleta y descubro nuevos caminos: el Camino del Cid, el cañón del río Lobos, la Ruta del Cister, las Vías Verdes… una encrucijada de sorprendentes itinerarios que se adentran en adormecidos pueblos a los que no molesta ninguna carretera nacional.

Viajes adaptables a toda condición. Para mí, no hay excusas, las bicicletas eléctricas han hecho accesible cualquier ruta o desnivel. Permitirme la vanidad: yo todavía no necesito motor, pero cuando llegue no lo dudaré, no renunciaré a esta manera de viajar.

Tenemos en nuestro país un sinfín de sendas, veredas y caminos de la trashumancia, jalonados de hospederías y hoteles rurales que forman, en su conjunto, un legado más de nuestro patrimonio. 

Aquí os dejo una presentación con una serie de puntos de mis viajes.

Y, a continuación, un vídeo que he colgado en YouTube en el que, más o menos, os redacto lo dicho con mi propia voz:

Confío en que muchos de los lectores de este artículo conozcan estos senderos o deseen conocer un poco más sobre esas grandes rutas que tenemos en nuestro país. Si así es, os animo a dejar un comentario y, asimismo, a indicar cuál es vuestra experiencia sobre los caminos que, moviéndonos en bici, podamos tener en cuenta para próximos viajes.


Otra forma de viajar
por Antonio Alonso


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