Cenicienta, el diseño y su madrastra

Hubo un tiempo, no hace tanto, que se dio a conocer la historia de una madrastra que supo cambiar el cuento. De hecho, esa madrastra cambió conjuntamente con su hijastra. Y todo fue por un negocio…

Revisemos el cuento para ver si nos es útil (o, al menos, más útil que su antigua versión).


Cenicienta de joven
Imagen por Carmen Nikol Digital Art

Cenicienta es una chica joven y muy proactiva, una estudiante de moda que trabaja en una tienda de zapatos. Sueña con asistir a un importante evento de la industria de la moda. Su madrastra y sus hermanastras (hijas de la relación de su madrastra con un anterior matrimonio al de su padre), en este cuento, resulta que son fashionistas exitosas y, por ser Cenicienta una novata que solo trabaja en una tienda de zapatos, no toman muy en serio sus ambiciones. Ceni, que es como la llaman sus amigos, tampoco cree mucho en los estilos que disfrutan sus hermanastras

Un miércoles, una reconocida diseñadora de calzado y su equipo pasan por la zapatería donde trabaja Ceni. Ella, atrevida y pensando que pueden echarla por su osadía, comenta en voz alta que tiene una idea para crear un tipo de zapato, un diseño único que capturará la atención de todos los que lo conozcan. La diseñadora, extrañada pero llena de curiosidad por saber si puede robarle esa idea, deja de hablar con la propietaria de la zapatería y se dirige hacia Cenicienta para hablar con ella en un lugar más privado… Ceni comienza a tocar zapatos de una manera rara, mostrando un cierto talento al analizarlos, pero le deja claro a Clara, la diseñadora, que no le va regalar su idea si no le hace un contrato blindado de un año, de forma que, si la echa, deberá pagarle una cuantiosa suma. Así, Ceni conseguiría, al menos, suficiente dinero para poder invertir en sus diseños y venderlos a marcas más fuertes o crear su propia línea en el metaverso y en mercados como el americano y el italiano.

Clara. Imágenes por Carmen Nikol

Clara, al principio, no ve más que osadía y cierto talento. No está convencida de contratarla. Por eso, Ceni, le deja su teléfono y dirección para que la contacte si se anima. Sabe, perfectamente que su jefa la va a echar tras este desplante en la tienda. Sin embargo, al regresar a atender a los clientes, Moni, su jefa, le dice que también ella quiere saber qué le ha propuesto a Clara y que quizá sea ella misma quien le ofrezca una colaboración. Pero, Moni, es la madrastra de Cenicienta, por lo que, en un principio, no cree que vaya a ser buena idea. Los negocios entre familiares no siempre salen bien…

La madrastra de Cenicienta
Imágenes por Carmen Nikol

Durante un tiempo, Cenicienta sigue trabajando incansablemente en la tienda de zapatos, mostrando una pasión y un ojo para el diseño que eran evidentes para todos, excepto para su madrastra y hermanastras. Moni, de hecho, comienza a desestimar la idea de apoyarla. Ellas, siendo fashionistas exitosas, no veían más allá de su propio mundo y no apreciaban el talento real de Cenicienta. Tampoco era fácil hacerlo si no se le brindaba una oportunidad (eso que pasa tanto hoy en día). Con todo, y a pesar de sus desafíos, Cenicienta nunca perdía de vista su sueño de convertirse en una diseñadora reconocida en el mundo de la moda.

Otro miércoles, Cenicienta se topó con un concurso de diseño de calzado que ofrecía la oportunidad de asistir a un evento de la industria de la moda y presentar sus creaciones ante expertos y celebridades. Llena de emoción y determinación, Cenicienta comenzó a trabajar en un par de zapatos que reflejaran su estilo único y su visión artística. Se presentó dos miércoles más tarde y, casualidad, estaba allí, en el evento, Clara. Ésta, al ver a Ceni, se acercó de inmediato y le dijo: he estado pensando en tu propuesta y, claramente, estas aquí para presentarla. Quizá te vaya bien con ella y quizá no. Así que acepto el trato por el doble de lo que me propusiste (un año de compromiso al doble de sueldo) y que seas tú quien represente mis marcas a nivel internacional. Te formaremos en idiomas y en diseño. Siempre irás acompañada y tendrás todos los gastos cubiertos. La verdad es que maravilló cómo tocabas el calzado y hablabas de él y, sin duda, no quiero perder esta ocasión. Me lo puedo permitir y el talento tiene un precio. Mereces mi apuesta.

Cenicienta se quedó con la boca abierta y lo único que supo hacer fue abrazar a Clara y comentarle que, antes del final de esa misma mañana (siendo que el evento duraba tres días) quería ver el contrato y firmarlo. Clara, aunque se sorprendió bastante, echó una carcajada y mandó a su secretaria a redactarlo.

Pasado un mes, Cenicienta estaba diseñando a mano alzada lo que luego, al cabo de otro mes, ya estaba diseñando mediante las aplicaciones pertinentes. No solo era un gran talento en el diseño de calzado, también aprendía rápido y proponía nuevos materiales. Ceni tenía muchos amigos en el textil, gracias a los contactos de su padre. Armando ya había muerto pero se aseguró de que su hija conociese a todos los que pudieran apoyarla en un futuro.

Diego en Cenicienta, el diseño y su madrastra.
Por Carmen Nikol.

Diego, uno de los hijos de los industriales textiles italianos, conocía a Cenicienta desde su niñez. Le llevaba cinco años. Cuando Cenicienta tenía 11 años, y él era un joven inteligente que acompañaba a su padre para aprender lo que serían sus futuras funciones en la empresa que heredaría, Diego se fijaba en Ceni, en cómo tenía que trabajar en casa mientras sus hermanastras podían ir a la escuela de diseño y su madrastra no sabía cómo tratarla. Siempre quiso conocer cómo sería Cenicienta a los 20 años.

Un miércoles (sí, sí… un miércoles también), en una feria en Viena, se cruzaron y se quedaron mirando el uno al otro un segundo que pareció un año. Enseguida sonrieron y se abrazaron. Ambos estaban muy felices con el reencuentro. Ceni sintió una atracción inmediata y Diego un deseo irrefrenable de tenerla más tiempo en sus brazos. La invitó a cenar y, tras conversar sobre los proyectos de cada uno, Armando la cogió de una mano y luego de un brazo y luego de un hombro y luego, bueno… Luego montaron un negocio y tuvieron tres hijas.

Cenicienta y Diego posando para una revista de moda
Imagen por Carmen Nikol Digital Art

Pero, mientras iban llegando las hijas, el éxito de Cenicienta en la industria de la moda no pasó desapercibido. Su innovador enfoque en el diseño y su compromiso con la inclusión y la diversidad llamaron la atención de personas influyentes en el mundo de la moda, incluyendo a su propia madrastra que, por aquel entonces, ya había pasado de tener una zapatería a ser una empresaria multinacional con su propia marca de zapaterías, vendiendo desde Japón a Israel, pasando por USA y Colombia, etc. Todos querían tener en sus centros comerciales una zapatería Monique.

Después de ver el impacto positivo que Cenicienta estaba teniendo en la industria y en la comunidad, la madrastra comenzó a reflexionar sobre sus propias decisiones y prioridades. A medida que observaba a Cenicienta ganar reconocimiento por su trabajo, se dio cuenta de que había pasado demasiado tiempo sin contactar con ella así que, un miércoles, llamó a Cenicienta y le dijo que deseaba hablar con ella sobre negocios y conocer más sobre su nueva vida. Le pidió un perdón sincero por su falta de conocimiento y de sensibilidad en el pasado. Realmente se notaba que se sentía apenada por no haber sabido tratarla como madrastra, como madre sustituta. Le dijo que siempre sintió complejos por no tener un mayor instinto maternal con ella. Cenicienta, viendo cómo su tono al teléfono era humilde y, recordando que, ciertamente, no supo hacerlo mejor y que, por ello, solo supo darle un trabajo de dependienta en su tienda, recordó que también ella le propuso comenzar a colaborar en el pasado. Además, Cenicienta había llegado a esta industria gracias a los esfuerzos de su madrastra y fue ella la que le inspiró en la búsqueda de la autenticidad.

Ceni, con su corazón abierto y su naturaleza compasiva, aceptó la oferta de su madrastra y comenzaron a desarrollar una marca con la que Cenicienta entraría en todas las tiendas de su madrastra a nivel internacional. Ésta sería la que se encargaría de los gastos de publicidad y marketing y todos los derivados de la producción y de las presentaciones en ferias internacionales. Además, con Diego, comenzaron a desarrollar una línea de moda femenina y otra masculina que no solo destacaban por su estilo, sino que también promoviera valores como la inclusión, la sostenibilidad y el empoderamiento. La madrastra utilizó su experiencia en la industria para abrir puertas y establecer conexiones, mientras que Cenicienta aportó su creatividad y continua visión fresca del mercado.

La colaboración entre Cenicienta y su madrastra fue un éxito rotundo. Tanto que Diego propuso ser él quien pasase más tiempo con las niñas y se ocuparía de promover una exquisita educación en ellas: idiomas, viajes, conocimiento del mundo de sus progenitores, conexiones,… Ceni aceptó con una condición: no quería convertirse en lo que había sido su madrastra. Le pedía que, aunque ella viajase mucho, él se ocupase de que las viese muy a menudo y en entornos de calidad, donde compartir amor y estabilidad.

Su líneas de moda se convirtieron en un referente en la industria, y su enfoque en la responsabilidad social y ambiental ganó elogios y seguidores. La iaia Moni comenzó a desvincularse de la gestión del negocio y a pasar más tiempo con sus nietastras, de manera que Diego y Ceni comenzaron a compartir más tiempo juntos y a conocer cómo delegar sus funciones entre los trabajadores que ya estaban dentro de las empresas. También fueron grandes impulsores de la búsqueda de talento, tanto entre sus negocios como entre otros sectores, a través de ferias sectoriales y charlas para empresarios/as. El mundo estaba rifándose solo a los que ya tenían experiencia y eso debía cambiar. Bien lo sabía Ceni…

Cenicienta y Diego algo más mayores, disfrutando de su éxito.
Por Carmen Nikol Digital Art

La historia de Cenicienta y de su madrastra se convirtió en una inspiración para muchos y para muchas, demostrando que las segundas oportunidades y la transformación personal son posibles cuando uno está dispuesto a aprender de sus errores. El éxito que consiguieron también fortaleció la idea de que la competencia y/o las generaciones posteriores pueden ceder paso a la colaboración y que la verdadera belleza radica en la autenticidad y en hacer el bien a los demás, tanto como se pueda y un poquito más… Sobre todo, si es un miércoles.


Cenicienta, el diseño y su madrastra
por Carmen Nikol


Publicado por Entrevisttas.com

Entrevisttas.com comienza su andadura sin ánimo de lucro, como el blog personal de Carmen Nikol. Se nutre, principalmente, de entrevistas y artículos realizados por ella misma y por algunos colaboradores. Con el tiempo, desarrolla su sistema de colaboraciones con autores de renombre en diferentes materias como las ciencias, el derecho, la investigación, el deporte... Y busca constituirse como una revista. ¿Quieres colaborar? No dudes en contactar. Todos lo hacemos de forma gratuita.

Deja un comentario