Velos Musulmanes

Que Afganistán cuente, de nuevo, con un poder político talibán pone nuevamente en boga la imposición que ejercen en la estética tanto de hombres como de mujeres. Pero, el hecho de ejercer diferentes tipos de represiones familiares y sociales en las mujeres acentúa mayormente su poder sobre éstas. Entre otras muchas represiones (que incluso pueden llevar a la muerte a la mujer por causas naturales o sociales), una de ellas es la imposición del Burka.

Sin embargo, el velo islámico no es siempre impuesto e incluso, en un momento dado, pasó a ser un símbolo del feminismo musulmán dentro de los países occidentales, reclamando el derecho de su libertad de expresión (como ocurrió en Francia o ha ocurrido en España con dos alumnas que deseaban usar su hiyab para asistir a sus clases). El Hijāb حجاب, de hecho, aunque hace referencia a todo tipo de velo que cubra la cabeza, en el caso de las alumnas en cuestión, era un tipo de velo específico, más ligero, que solo cubre el cabello de las niñas que ya se han hecho mujeres o de las mujeres más europeizadas.

El Hijāb حجاب, aunque se puede referir a todo tipo de velo que cubra la cabeza, suele conocerse como el velo más europeizado, el que cubre solo el cabello.
El velo Hijāb

Existen multitud de velos, uno o varios por cada país o región que escoge su uso: Turquía, Malasia, Indonesia, Tayikistán, Uzbekistán, Tataristán, Kirguizstán, Karkalpakstán, Cáucaso, Sinkiang, Kazajistán,… y la lista sigue (y sigue).

Según la exiliada politóloga iraní Nazanín Armanian, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), las mujeres islámicas en los países occidentales «no llevan velo porque el pañuelo en la cabeza es otra cosa, es un símbolo étnico, no religioso (añado yo como lo sería el crucifijo). De la misma manera, tampoco todas las mujeres musulmanas son sumisas y obedientes ni aceptan la poligamia. Estas son unas imágenes distorsionadas que se han extendido y aceptado tanto en Occidente como en Oriente».

Pero el caso es que entre los principales preceptos de la ley islámica están establecidas estrictas pautas de vestimenta. Entre ellas, ciertos velos: algunos decoran parte de la cara, otros cubren parte del cuerpo y el cabello pero dejan libre el rostro; y otros, bien lo sabemos, las cubren enteras. En la Wikipedia de los velos islámicos, veréis la inmensa cantidad de estilos que existen, si bien los más comunes son los siguientes:

Fuente: Infobae

Existen varias versiones sobre la conveniencia del uso del velo islámico:

  • Los más liberales apuntan que el Corán no ordena su uso, sino que sugiere el respeto de la decencia y el pudor a la hora de mostrar el cuerpo. El iraquí Waleed Saleh Alkhalifa, por ejemplo, subraya que el Corán hace mención al hiyab en siete ocasiones pero que ninguna se refiere expresamente a la vestimenta de la mujer. Muchos estudiosos del islam y otros tantos ulemas discrepan del carácter religioso del velo. Para ellos, se trata de una vieja costumbre de las zonas rurales árabes, más que de las grandes urbes, y no de una exigencia del Corán. También el mismo Waleed incide en que el velo es herencia de las religiones judía y cristiana. Y, como él, la juzgada por sus escritos laicos Muazzez Ilmiye Cig afirma que el origen del uso del pañuelo está en Sumeria, donde lo usaban las sacerdotisas que iniciaban a los jóvenes en la sexualidad (hace 5.000 años).
  • Otros teorizan sobre que la interpretación de su uso viene del Corán pero que éste señala que debe existir una barrera no entre un hombre y una mujer, sino entre dos hombres. Las musfirat, las mujeres descubiertas, eran lo más común en la época de Mahoma, el redactor del Corán. Sus mujeres, según muchos estudiosos, eran las únicas que debían cubrirse según sus proclamas, pues sus mujeres flirteaban con los hombres que venían a conocerle a él. De ahí, e la obligación inicial para con sus esposas, se habría pasado a la de las mujeres de «los creyentes» (siguiendo literalmente el versículo 59 de la sura de los Partidos): ¡Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas, a las mujeres de los creyentes, que se ciñan los velos. Ése es el modo más sencillo de que sean reconocidas y no sean molestadas. Siglos atrás, en el Corán y el Hadiz la palabra hiyab hacía referencia a una separación, una cortina, no entre hombres y mujeres, sino entre dos tipos de personas: las creyentes y las no creyentes.
  • Los talibanes y otros que interpretan la ley islámica dentro del marco de la Sharía (la versión estricta y radical de esta ley) rescatan el significado original de la palabra hiyab («pudor», «protección», «esconder», «ocultar a la vista», «cortina») sin importarle que en sus orígenes pudiera referirse a las mujeres de Mahoma, y derivando en una interpretación de la Fiqh tan extremista que las mujeres pueden no solo vivir aisladas sino morir por no poder mostrar sus cuerpos a los médicos y, además, por no poder ejercer las doctoras (pues las que se doctoraron ya no podrán ejercer y las que pudieran haber estudiado medicina ya no podrán hacerlo).

En todo caso, no cabe duda de que la mayoría de occidentales, más allá del rechazo que sentimos a lo que se acontece y se avecina en Afganistán o donde apliquen la Sharía, pensamos que el dicho de allá donde fueras, haz lo que vieras debería de aplicarse en nuestros entornos occidentales, pero no creo que todas quisiéramos llevar un velo (o hayamos hecho por llevarlo en sus calles cuando hemos viajado a países islámicos). En general, en la mayoría de los países islámicos solo piden llevar el velo (y quitarse los zapatos y no llevar las piernas al aire, etc.; es decir, un cierto decoro) al entrar en sus templos (algo que, por otra parte, también requieren la mayoría de las iglesias ortodoxas), pero sí existen casos de exigencia absoluta como se destacó en 2017 con el caso de Ana Muzičuk, la excelentísima jugadora de ajedrez ucraniana que se negó a participar en el campeonato de Arabia Saudí donde la obligaban a vestir una abaya.

Lo que sí es cierto es que, desde que ciertos reductos islámicos han atentado en Occidente, no les tenemos en la misma estima o consideración que, por ejemplo, podríamos tener a los judíos, a los cuales, muy probablemente (y por no haber atentado contra nuestros allegados), no les increpemos con quitarse el kipa. Sin embargo, toda capa o velo que cubra una parte del cuerpo excesiva siempre puede generar cierto miedo por optar a cubrir explosivos. Sumándole a esto los atentados que suelen llevar a cabo los que se inmolan, el velo se ha convertido en un punto de incomodidad desde que las autoridades tuvieron que sacar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a vigilar calles y aeropuertos o zonas sensibles por su elevado turismo, tanto en España como en Italia o Francia o Bélgica, entre tantos otros. No olvidemos el cariz histórico que esto tiene en nuestro país desde el Motín de Esquilache.

El velo, a día de hoy, sobre todo el Burka, nos recuerda que hay países que no solo no evolucionan hacia las libertades individuales y de expresión sino que son capaces de imponer una involución.

¿Qué opinas tú, lector/a, de lo que se avecina en Afganistán? ¿Crees que nos puede perjudicar? ¿Qué opinas de los velos islámicos? Por favor, responde con educación. Gracias de antemano por tus aportes: serán bienvenidos.


Los velos islámicos | por Carmen Nikol


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Publicado por Entrevisttas.com

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