Orcajo, un maño apaño para el pinsapo


Seis de diciembre, antigua era vecinal a las afueras de Orcajo (Zaragoza). En plena noche a media luna, se contempla cómo la constelación de Orión domina el firmamento a la espera de que su alineación con Sirio y el orto solar sean protagonistas estelares en los días de solsticio y nacimiento que se avecinan.


Hemos llegado aquí atraídos por un rodal de pinsapo (Abies pinsapo Boiss.) que recientemente fue incluido por el Ministerio competente dentro de las regiones de procedencia de la especie. La experiencia con el pinsapar de Galarreta, que esta revista ha contribuido a exponer públicamente, animaba a completar la terna de lugares más significativos.

Que esta especie, de consideración endémica, consiga prosperar tan exitosamente en puntos remotamente alejados de su origen, prueba que la consideración de peligro se deba más a cuestiones de gestión que a una real amenaza de extinción. El enclave tiene por tanto un alto valor científico.

Eso supone el reconocimiento de este rodal por parte de la Administración ambiental del Estado, así como la próxima inclusión para el pinsapar de Galarreta, aumentando las posibilidades para obtención de planta y semilla y su distribución por nuevos territorios que garantizarán la persistencia más allá de sus enclaves originales.

Estos enclaves tienen por tanto un alto valor científico, vinculado a la dispersión y diferenciación ancestral del género Abies desde el centro europeo en sus dos secciones, la sección Abies y la sección Piceaster. La primera se corresponde con las actuales especies europeas de centro y este europeos y la segunda, con los abetos de poniente, que alcanzan también al borde sur Mediterráneo, entre ellos, A. pinsapo Boiss. (Alba-Sánchez et al, 2018).

El pinsapar de Orcajo remonta su origen a las primeras repoblaciones forestales que se llevaron a cabo en la cuenca del río Jiloca a principios del siglo XX, dirigidas por el ingeniero de montes, D. Nicolás Ricardo García-Cañada.

En aquellos tiempos, la intervención sobre el medio ambiente constaba de escasa experiencia nacional. Las actuaciones de corrección hidrológica-forestal derivaban de una planificación promovida a finales del siglo XIX a consecuencia de trágicos episodios de inundación torrencial como fueran los de Murcia, Valencia, Málaga o la propia cuenca del Jiloca.

La sobresaliente actuación del ilustre ingeniero de montes Ricardo Codorníu y Starico en los montes de Sierra Espuña, era aún muy reciente y de resultados escasamente notorios. Sin embargo, D. Ricardo había escrito sus Apuntes relativos a la repoblación forestal de la Sierra de Espuña (1900), en los que se cita la prueba exitosa efectuada con pinsapos en aquellos montes del sureste ibérico.

A buen seguro que, lectura aparte y el consejo directo del apóstol del árbol, llevaron al ingeniero responsable del Jiloca a utilizar el único abeto mediterráneo de la flora Ibérica en un par de hiladas que apenas supondrían unos cien ejemplares.

Las consecuencias, un siglo después, es un estupendo rodal de unas cinco hectáreas donde el pinsapo progresa adecuadamente, haciéndolo mucho mejor que algunas de los pinos a los que se suponía acompañante.

Los ejemplares de pino salgareño [Pinus nigra salzmannii (Dunal) Franco)] empleados sufren las consecuencias de la falta de cal y un suelo poco profundo, con desarrollos raquíticos de poco porvenir o el derribo natural a consecuencia de ello.

Otras especies como el pino albar (Pinus sylvestris L.) prosperan algo mejor, pero tampoco muestran aquí las proporciones de sus magníficos enclaves en otros lugares del Sistema Central o Ibérico (Valsaín, Cercedilla, Rascafría, Valsaín, Covaleda), encontrándose ejemplares de escaso desarrollo ya coronados y sobre todo numerosos derribos.

Este declive del pinar va abriendo huecos, que son ocupados progresivamente por los abetos en una dinámica natural que no resulta sorprendente para quienes conocemos su comportamiento en las sierras andaluzas, pero que no deja de ser admirable para un lugar como aquel y un supuesto enclave foráneo.

Finalmente, acabará por asentarse en una masa mixta, conjugada con encinas, quejigos, robles melojos (Quercus pyrenaica Willd.), junto al pino negral (Pinus pinaster Aiton), que si parece prosperar adecuadamente en el lugar y muy posiblemente, sabina albar (Juniperus thurifera L.).

El rodal se encuentra en la umbría de la Sierra de Santa Cruz, a unos 1000 m de altitud. Se ubica al suroeste del pueblo, a unos 4 km de distancia, con acceso rodado libre y sin complicación. El relieve es bastante suave y existe un sendero para adentrarse en la montaña y poder admirar la dinámica pinar-abetar fácilmente.

Se trata de una escama montañosa derivada del eón Fanerozoico en sus primeros tiempos (unos 550 millones de años), que forma parte del variado mosaico geológico que conforma el conocido como campo de Daroca (IGMN, 2024).

Se compone por rocas sedimentarias del tipo pizarras, cuarcitas y algunas areniscas que pertenecen a retazos de lo que se conoce como macizo Hespérico, generado durante la orogenia Herciniana. Su larga edad hace que se presenten desgastadas por la acción erosiva, siendo el relieve alomado y poco escarpado.

Pese a ello, sus suelos presentan poca profundidad y escasa fertilidad, por lo que el arbolado que se asienta sobre ellos no logra alcanzar desarrollo notable. No obstante, es algo complicado evaluar este aspecto dada la baja presencia de arbolado antiguo que disponga de edad suficiente para haber podido desplegar todo su potencial vegetativo.

Los densos encinares que cubren gran parte del espacio, así como quejigos y robles, a buen seguro proceden de brotes de cepa (monte bajo) regenerados de forma natural a partir del aprovechamiento intensivo que hubieron de tener en otras épocas por su uso como combustible bajo forma de leña o carbón vegetal.

Tras la reforestación del lugar, sobrevino un período de sosiego selvícola que permitió cubrir de arbolado el territorio. A ello ha contribuido igualmente la independencia de los aprovechamientos forestales (leñas, carboneo) como biomasa energética, propiciada por el uso de combustibles fósiles.

También, la despoblación del mundo rural y la reducción de aprovechamientos como la ganadería extensiva vinculada a los montes fueron reduciendo la presión sobre el monte y favoreciendo la proliferación espontánea tanto de arbolado como de matorral.

Ahora, pueden encontrarse sobre el terreno jara laurel (Cistus laurifolius L.), serbal de cazadores (Sorbus aucuparia L.), gayuba [Arctostaphyllos uva-ursi (L.) Spreng.], espino albar (Crataegus monogyna Jacq.), escaramujo o rosal silvestre (Rosa sp.) entre las arbustivas y además de la encina ya citada, aparecen quejigos (Quercus faginea Lam.) y el roble melojo que ya se han nombrado. Esto nos sirve como elementos bioindicadores, denotando que los pinsapos se encuentran en el ámbito del piso bioclimático supramediterráneo.

Aunque el clima de Orcajo debe ser un poco más seco que la zona Mediterránea de origen (lejanía al Atlántico), los abetos parecen no tener problema durante la época estival, que funciona como la más limitante en base al déficit hídrico que se establece en el balance entre precipitación y evapotranspiración. Ser un especialista en captar agua de las nieblas, debe ayudar en aquellas altitudes.

Tampoco les afecta el frío y se están desarrollando medianamente bien sobre los suelos pobres que se encuentran en la Sierra de Santa Cruz. La previsión por tanto es que dado que toleran bien la sombra, acaben desplazando de modo natural a los pinos que acompañan, puesto que éstos requieren de alta luminosidad para prosperar, dado su carácter colonizador y pionero.

Se constituirá con el tiempo una masa que abarcará al menos toda la zona de umbría, en conjunción con las oscuras encinas y los tornadizos quejigos y robles melojos. Un paisaje francamente similar al original en sus enclaves andaluces, como sucede también con el de Galarreta.

Orcajo, presenta la singularidad del sustrato. Esas duras rocas silíceas no se encuentran en los lugares de origen de la especie. Tampoco está en Galarreta, que es de dominante calcárea. Las formaciones vegetales asociadas varían principalmente en la presencia del roble melojo.

No hay pinsapares con melojos, salvo en un pequeño punto de la serranía de Ronda, dada la dominante calcárea del sur y las limitantes características de las ultrabásicas peridotitas. Todo esto, incrementa el valor científico y botánico de estos enclaves distintos y lejanos de sus ubicaciones de origen.

Es muy satisfactorio por tanto comprobar cómo los habitantes de Orcajo han tomado conciencia desde hace tiempo y presumen orgullosos de su pinsapar, que si ya no es el más al norte de España, se sigue manteniendo como único en el cuadrante nororiental de la Península.

Un sendero habilitado para la visita, señalización explícita, accesos fáciles y referencias al pinsapar en todo el pueblo, muestran el interés de este pequeño núcleo rural por una especie que inicialmente pudiera parecer foránea y que no han tenido el menor problema en adoptar como suya y emblemática.

En la plaza del pueblo se yerguen dos espléndidos ejemplares que según relata su alcalde, surten de semilla al por mayor. Su presencia allí, confirma el carácter ornamental de esta especie que debiera tener más fácil poder ocupar cualquier jardín de España, sobre todo en aquellos enclaves donde no pudiera generar conflicto genético con su pariente el abeto blanco (Abies alba Miller).

Aunque la proliferación del híbrido que se generó en la masía de Masjoan (Barcelona), Abies x masjoannis Soto, García Viñas, Bujarrabal, es el que ha ganado en el conflicto sobre endemicidad, protección y limitaciones, empleándose en jardinería sin ningún tipo de restricciones.

Por tanto nada se nos ocurre mejor que el hermanamiento entre estos enclaves y la colaboración por parte de las Administraciones encargadas en la gestión forestal de sus respectivos ámbitos, con especial interés por parte de la andaluza, a quién corresponde la mayor responsabilidad en la pervivencia de la especie.

Genalguacil y Orcajo ya han dado un primer paso en este sentido.

Tras las recurrentes sequías que se vienen experimentando y la supervivencia a todo un siglo de fenomenología natural, parece que el único riesgo para estos pinsapos recae sobre un posible incendio. Es de esperar que el Gobierno de Aragón sepa estar a la altura y manejar adecuadamente aquel entorno.

Sería conveniente la colaboración por grupos de voluntarios con el Ayuntamiento en las tareas de mantenimiento y mejora de aquel rodal tan singular. Un futuro vivero, la colecta de semillas y posibles siembras de refuerzo o retirada de leña muerta pueden ser acciones interesantes.

El pinsapar de Orcajo, es un maño apaño para el pinsapo, con el sentido de oasis para la especie al margen de posibles incidencias climáticas o de otro tipo que pudiera sufrir en sus cuarteles meridionales.

Pero también puede ser un pulmón que puede ayudar a evitar la asfixia de este pequeño núcleo rural, encajado en una comarca de alto valor natural donde el complejo lagunar de Gallocanta, domina la escenografía principal.

No hay que olvidar el aspecto cultural que ofrece el conjunto histórico de todo el entorno, desde Sigüenza y Calatayud hasta Albarracín ya inserto en el conjunto paisajístico de la Serranía de Cuenca.

Los habitantes de Orcajo son en extremo amables y os atenderán estupendamente si vais hasta allí interesados en sus valores naturales. Contacta con ellos sin ningún problema.

Puede encontrar más info visual en este enlace, o este otro, con el recorrido.


Referencias:


Alba-Sánchez, F.; Abel-Schaad, D.; López-Sáez, J. A.; Sabariego Ruiz, S.; Pérez-Díaz,
S.; González-Hernández, A. (2018).- Paleobiogeografía de Abies spp. Y Cedrus atlantica en el Mediterráneo occidental (Península Ibérica y Marruecos). Ecosistemas 27(1): 26-37 Doi.: 10.7818/ECOS.1441

Codorníu y Starico, R. (1900).- Apuntes sobre la repoblación forestal de la sierra de Espuña. Tipografía de las provincias de Levante. Murcia

IGMN (2024).- Mapa geológico de España. Escala 1/50.000. Hoja 465 (26-18) DAROCA. Instituto Geológico y Minero de España. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. http://info.igme.es/cartografiadigital/geologica/Magna50Hoja.aspx?intranet=false&id=465


Orcajo, un maño apaño para el pinsapo
por Antonio Pulido Pastor (Puli)


Publicado por PULI

Pastoreo estrellas, cultivo mariposas, construyo bosques

14 comentarios sobre “Orcajo, un maño apaño para el pinsapo

  1. Gracias por el artículo. Un gustazo poder saber de estas otras poblaciones, y otro sitio para guardar en el de deseables para visitar. Por otra parte da alegría saber que el pinsapo va tan bien en otros lugares y tenemos su supervivencia mas garantizada. Deseando seguir aprendiendo con estos artículos.

    Me gusta

    1. Muchas gracias Rafa. Es un placer recorrer este tipo de lugares por los distintos puntos de la geografía ibérica y aprender de lo que transmiten por si mismos. La especie, de no ser emblemática, resultaría especial simplemente por su belleza. Descubrir además sus inesperadas facultades TT (todoterreno) conmueven y animan a seguir asegurando puntos que mejoren el estatus de su metapoblación.

      Me gusta

  2. Es asombroso ver la persistencia de la vida… otra tierra, otro clima y ahí están, Pinsapos emigrados por la mano del humano que se adaptan y prosperan con fuerza.

    Cómo ha sido asombroso el coincidir por la zona contigo, recibiendo luz sobre este joven pinsapar.

    Mil gracias por el paseo y la siempre nutritiva conversación alrededor y a favor de la naturaleza.

    Y que viva el maño apaño de todo Pinsapo en Orcajo!!

    Me gusta

    1. Muchas gracias, María. Y que vivan las gentes de Orcajo que están super orgullosas de sus pinsapos. No había visto tal esmero en resaltar el valor de estos árboles a nivel local, siendo además, como dices, de otro lugar y de otro tiempo. Volvemos a coincidir, y siempre con un retazo de naturaleza de por medio.

      Me gusta

  3. Antonio, un gran articulo, completo, sobre ese árbol tan enigmático, sobre esos bosques tan sorprendentes, sobre sus posibilidades futuras, sobre sus acompañantes arbóreas, sobre su sotobosque, sobre sus mezcolanza, sobre su comportamiento, ….. En fin cuanto aportado en un gran artículo.

    Estos pinsapares cuanto merecen tu tutela.

    Me gusta

    1. Muchas gracias Fernando. La descripción que hacemos es muy somera, porque la visita ha sido muy breve. Profundizar, como sabes, requiere mucha más observación y dedicación. Pero entendimos que es importante llegar y conocer estos enclaves, porque resultan super interesantes para el manejo que se hace o se haga con la especie. Sin duda contribuyen a poner cosas en claro y a facilitar acciones que mejoren su conservación. La tutela obviamente, corresponde a otros y, en este caso, está perfectamente asentada y asumida por los habitantes de Orcajo. A nosotros sólo nos cabe contribuir a su difusión para que, como se ha expuesto en el texto, genere actuaciones que ayuden a estos núcleos rurales a subsistir.

      Me gusta

  4. Gracias Antonio por este artículo, por divulgar la existencia de ese rodal de pinsapo que desconocía. El alto valor que tiene ese bosquecillo es incuestionable, es sorprendente ver esos ejemplares que muestras en ellas fotos en ese lugar, cómo se han adaptado al entorno estos elocuentes testigos de la vida en su remota antigüedad. 

    Me gusta

    1. Muchas gracias Dani. Conociendo tu buen hacer y formación, tus comentarios resultan muy valiosos, porque posees herramientas para calibrar y efectuar una adecuada valoración de lo que hacemos y el significado o trascendencia que tienen actuaciones o situaciones como la presencia de ese rodal de pinsapo, tan alejado de sus estaciones de referencia. A ver si hay ocasión y compartimos ruta, para aprender de tu sapiencia geológica y poder mejorar en el diagnóstico litologico, morfológico y edáfico de los perfiles que vayamos encontrando. Abrazos

      Me gusta

  5. Me acerco a este artículo de Antonio Pulido, movida por la curiosidad, después de conocer su canal en Telegram, donde me permito dar rienda suelta a la imaginación y sumergirme en esos paisajes y sus detalles,  que tan magníficamente retrata y comenta.

    De la naturaleza, solo se dos cosas, una, que no sé nada y otra, que es el lugar donde mejor me encuentro. Y este artículo de naturaleza, a través de sus reseñas, me trasmite la generosidad que hay en efectuar trabajos forestales, cuyos resultados van a ser disfrutados por generaciones venideras.

    También, me agrada ver que la vida en sus diferentes formas se expande, se regenera, aprovecha lo que hay  y  prospera, cuando la mano del hombre deja de presionar sobre el entorno.  De unos 100 ejemplares del género Abies, plantados hace más de 100 años,  ahora se puede ver como se expanden en convivencia con esa masa mixta de vegetación que está destinada a expandirse aprovechando la zona de umbría.  

    Impresiona.

    ¡Cómo aprender de la inteligencia natural! Diversidad, en convivencia y seguro, que en colaboración, con mucha adaptación. No en vano, los árboles expresan complejidad de forma de vida, porque disponen de los genomas más complejos del planeta.

    Y, ojalá, el respeto, la veneración de este entorno natural permita que vaya cumpliendo su propio destino que está conectado con el nuestro, en tanto que respiramos el aire que mejoran y las esencias que vierten al entorno.

     Y por último, mucho reconocimiento a los ingenieros de montes, que oigamos  su voz sabia para entender y respetar el paisaje del territorio que habitamos. Muchas gracias.

    Me gusta

    1. Muchas gracias Mila. Bienvenida también a estas páginas, donde nos ofrecen la oportunidad de expresar y compartir nuestras vivencias y descubrimientos cuando buceamos en bosques o montañas. Resulta muy gratificante recibir retorno por parte de quienes seguís las cosas que hacemos. En primer lugar porque dan sentido a lo que hacemos, convirtiendo las vivencias en algo proyectable y de utilidad común, aunque simplemente sea a través de imágenes visualmente gratificantes. Y de otro lado, porque resulta en la mejor manera de conocer sobre el alcance y comprensión de las publicaciones. Uno pierde la medida y escala de lo meramente divulgativo si no recibe señal de la otra parte. Es como el eco, que mide la potencia y timbre de la propia voz, sin el cual, nunca sería posible tener información al respecto.

      Me gusta

  6. Que gran noticia el descubrimiento de este pinsapar a tanta distancia de los montes de los que procede esta preciosa especie, lo que hace que la especie gane fuerza en su conservación. Que importancia la dispersión de las semillas.

    Ojala se puedan reforzar otros puntos que ya cuentan con algunos pinsapos.

    gracias al autor por dar voz a esta gran noticia y visión a este precioso bosque, el cual ya estoy deseando visitar.

    Le gusta a 1 persona

    1. Gracias a ti Jordi, por estar al tanto y por tanto como haces por el pinsapo y otras especies en los montes de tu entorno. Como ya puedes ver, el pinsapo no tiene más problemas de conservación que el asegurar una serie de núcleos con los que aumentar la superficie original de distribución, dado que responde magníficamente a la regeneración natural en un amplio rango de circunstancias. Tanto estos como los de Galarreta disponen de toda la inmensidad del Sistema Ibérico y Cordillera Cantábrica para su expansión hasta los montes galaicos o el cordón montañoso del litoral mediterráneo. Es algo que, con núcleos así y pasado el tiempo, se irá consolidando progresivamente y de forma espontánea, dado que en lo sucesivo, las condiciones meteorológicas del clima Mediterráneo se tornarán más favorables para esta especie a medida que el eje de la Tierra mantenga su tendencia actual a perder inclinación.

      Me gusta

    1. Qué bien el que no te pierdas nada de lo que escribo y que apoyes las publicaciones con comentarios la mar de sensatos e incluso divertidos. Es una suerte tenerte como fan y sobre todo, como amiga. Versos y abrazos

      Me gusta

Replica a Mila Gonzalez Cancelar la respuesta