Galarreta, el pinsapar del País Vasco

Acabo de llegar de recorrer uno de los eslabones de la Ruta de la Seda, Kirgyzstán. Montañas, bosques, y una trama de agua y pasto que en siglos remotos debió favorecer la conexión humana entre lejanas tierras, enlazando dos imperios importantes del momento como fueron China y Roma, la ruta continental entre el Pacífico y el Mediterráneo.

Bienes materiales e inmateriales, cultura e información atravesaban el continente con velocidad parsimoniosa de unos nueve meses en cada sentido.

Foto: Collado de Korosparri, Alejandro Cantero

Nos preguntábamos dónde podrían encontrarse estos bosques únicos, aún poco conocidos por forestales y botanistas, pero cuyas semillas están extendidas de un confín a otro de Europa, enriqueciendo con estos abetos de porte austero y floración gruesa y corta, tanto los parques como los paseos públicos (Barbey, 1931).

Aquí, ahora y con los medios existentes, la información no corre sino que es instantánea. Velocidad luminosa a bordo de electrones y su vibración oscilatoria. Es así como en algún momento, Alejandro Cantero, de HAZI Fundazioa contactó conmigo enviándome datos sobre la presencia de Abies pinsapo Boiss. en Galarreta (Álava).

Eso me llevaba a corregir y completar un artículo titulado Pinsapares en el mundo que publiqué hace algún tiempo (Pulido, 2018).

La importancia del dato era mayúscula por varias cuestiones. Quedaba fuera del territorio relicto de la especie (Serranía de Ronda), se ubicaba a setecientos kilómetros de distancia, al norte y al este. También se ubicaba más al norte y más al oeste que el ya reconocido asentamiento de Orcajo (Zaragoza), reconocido recientemente como región de procedencia para la especie.

Bou y Tort, 1974

Entre las tres ubicaciones conforman un triángulo geográfico que sólo puede suponer ventajas para la conservación de la especie. La ampliación de su área queda así más que asegurada. A ello contribuirá sin duda la declaración de esta nueva localización como proveedora de semilla y planta de vivero.

A todo ello se suma la maniática costumbre que tengo de utilizar fotografías de mi cuño para ilustrar los textos que escribo. También conviene conocer de primera mano el trasfondo de aquello sobre lo que se escribe.

En resumen, la especie y la singularidad de los enclaves ex-situ que se conocen hasta ahora, merecía una visita en la que contactar con el entorno y recibir sus vibraciones. Dicho lo cual, he aprovechado viaje a la Cornisa Cantábrica para pasar por la zona.

No es la primera vez que acabo con la sensación de que simplemente recorro un camino a priori marcado. Un circuito energético ya establecido se desarrolla metódicamente completando las distintas fases o tramos que lo componen.

El único alojamiento en Galarreta estaba completo, según la información en red. Una espectacular casa rural con todo el aspecto de caserón rural y muy acorde al concepto de turismo rural. Pero al contactar directamente con sus propietarios Jon me dice que hay habitación familiar libre y que está a mi disposición si no me importa.

También comenta que ya había leído mi artículo sobre los pinsapos en cierta ocasión y que le alegra el hecho de que ese entorno sea el motivo de la visita. Reservar sin previo pago y confiando en el cliente, es algo que ya no se encuentra en el mercado.

Curiosamente, no aparecen referencias al pinsapo o pinsapar en el ámbito del País Vasco ni tan al norte de la Península Ibérica, salvo los ejemplares que dieron lugar al Abies x masjoanni en la provincia de Barcelona.


El Pinsapar

El itinerario para la visita parte desde la misma casa de Kukuma Etxea. Ya desde el jardín, se atisban los oscuros perfiles recortados del pinsapar, como agujas oscuras sobre el verde entreverado de prados, huertos y bosque.

Un sendero antiguo, flanqueado por muros de piedra y setos vivos se deja caer en picado hasta el fondo de la colina. Tras sortear un arroyo de aguas eventuales asciende una pequeña loma que presenta de forma repentina los primeros enhiestos conos arbóreos que son los pinsapos.

En este punto, a medio kilómetro del núcleo original ya se encuentran árboles adultos de unos 30 años de edad que son productores de semilla. A sus pies, el regenerado presente atestigua esta capacidad.

Me cuenta Jon que en su interés por estos árboles, anduvo consultando imágenes históricas y que ya en las fotografías del año 30 aparecen siluetas de estos árboles con su característica forma cónica, denotando con ello cierta edad.

Las referencias bibliográficas atisban esos plazos en su edad:

Podemos citar de igual modo el caso de los montes de los caseríos Perretano y Marisolo, en Zalduondo, en manos privadas, el primero de los cuales destaca por sustentar el único abetar de Abies pinsapo Boiss. existente en el País Vasco, procedente de una plantación del primer tercio del siglo XX, que produce una regeneración muy apreciable y que estéticamente es de una gran belleza, estando enclavado en una zona de robledal de Quercus faginea Lam, como sucede en su hábitat natural de las sierras Bermeja, de Grazalema y de las Nieves, en Andalucía (Ruiz Urrestarazu, 2008).

Ese margen temporal resulta en extremo curioso. En el año 1927, Auguste Agenor Barbey, nieto del botánico suizo Pierre Edmond Boissier, descubridor del pinsapo para la ciencia, visita las montañas de Grazalema y Ronda en pos de los bosques de pinsapo.

En Cádiz contacta con Manuel Martín Bolaños, ingeniero de montes que en esos años, se encuentra en revisión de la Flora Forestal de la provincia de Cádiz junto con el también ingeniero de montes Luis Ceballos y Fernández de Córdoba.

Vista de la sierra del Pinar (Grazalema) en 1927 (Foto: A. Barbey)

Barbey establece una gran amistad con Martínez Bolaños. En sus conversaciones inciden sobre la notoria singularidad del pinsapo como especie en el ámbito de las masas forestales naturales del Mediterráneo, la necesidad de su conservación y la conveniencia de incluir sus rodales originales dentro de un Parque Nacional (Barbey, 1931).

Esa época coincide con una de las más prósperas en el desarrollo forestal hispano por lo que los bosques de pinsapo de Grazalema y Sierra de las Nieves se ponen bajo control del Organismo forestal del Estado (Distritos Forestales, Patrimonio Forestal del Estado, ICONA) excluyéndose del aprovechamiento leñero, maderero y pastoral los exiguos rodales que se mantenían por entonces.

A partir de los años 50, se impulsa la repoblación de los rodales rasos, motivo por el cual la superficie actual de pinsapares en Sierra de las Nieves supera las 3000 ha (Álvarez Calvente, 1994).

La coincidencia cronológica con el viaje del pinsapo hasta la frontera del País Vasco, tiene más visos de causalidad que de azar. Ahora que se ha abierto el cajón de la curiosidad es posible que se desvele la conexión. La hipótesis más probable es que la propiedad del caserío Perretano (Zalduondo) tuviese alguna relación o vínculo con el mundo forestal de la época.

Aunque también hay casos de mera curiosidad y afición botánica (La Concepción en Málaga, Secuoyas gigantes en Huéscar), la experimentación forestal suele ser la explicación a las colecciones arbóreas ex situ de cierto carácter singular o exótico.

Cuando nos aproximamos al rodal, la primera impresión procede del cuadro escénico que se muestra a la vista. El paisaje, parece un calco de algunos encuadres en la Serranía de Ronda, más concretamente en la zona de Parauta-Igualeja, donde el perfil del terreno es igualmente alomado, con una pantalla trasera de trasfondo, conformada por perfiles de duras calizas redondeadas.

El contraste oscuro del bosque con las tonalidades blanquecinas es uno de los paralelismos, pero el más sorprendente, y tal vez inesperado, es la presencia de una cohorte de Quercus que se entrelazan con los pinsapos. Las redondeadas esclerófilas con los enhiestos abetos, retrotraen sin remedio hasta los sitios del entorno rondeño. Tal vez estaría bien promover un hermanamiento.

A nivel de cortejo florístico, hay también similitudes, que en principio son estructurales, marcando diferencias que sin embargo lo aproximan con mucho a la especificidad de las sierras carbonatadas del macizo de Segura.

La enorme abundancia de espino majoleto o espino albar (Crataegus monogyna Jacq.) es la matriz general que le da conexión general con los pinsapares andaluces. El mostajo (Sorbus aria Crantz.), el endrino (Prunus spinosa L.), saúco negro (Sambucus nigra L.), entran dentro del hermanamiento mediterráneo.

El enebro común (Juniperus communis L.), el cornejo (Cornus sanguinea L.), la morrionera (Viburnum lantana L.), el acebo (Ilex aquifolium L.) y el avellano (Corylus avellana L.), le apuntalan como una ubicación más fresca y húmeda que las meridionales de la Cordillera Bética.

Su consorcio con el género Quercus es igualmente boyante. La diferencia es mínima porque si bien en el País Vasco domina el quejigo (Quercus faginea Lam.) con presencia de roble albar (Quercus petraea (Mattuschka) liebl.) y roble melojo (Quercus pyrenaica Willd.) en las estaciones del sur, aunque domina la encina (Quercus ilex L.), no es raro encontrar también abundancia de quejigo en sus rodales y a veces algún que otro rebollo o roble melojo en las ubicaciones silíceas de mayor elevación.

Es por esto que las analogías son tan marcadas pese a la distancia y la desconexión territorial. Cada vez que encuentro algo así, me refuerza la hipótesis de que este abeto ha debido conocer épocas de mayor severidad climática.

Marcadas crisis en cuanto a precipitación anual (Vinós 2022), le llevaron a encontrar alivio y refugio en las medianas sierras más cercanas al Atlántico que pudo encontrar en su camino descendente y diferenciador desde Pirineos hacia el Mediterráneo por el pasillo montañoso de Levante (Alba Sánchez et al., 2018).

Los vaivenes glaciares de la actualidad y del pasado (Ortega Gironés et al.; 2024) atestiguan situaciones climáticas de ascenso y descenso térmicos que influyen en los movimientos terrestres de la biodiversidad, siendo más determinante para la flora que para la fauna.

Su comportamiento manifiestamente espléndido en ambientes meso y supramediterráneos (600-1500 m de altitud) con precipitaciones superiores a 600 mm, en los que es capaz no solo de prosperar, sino de producir regeneración espontánea y expansión, parecen abogar en ese sentido.

«Todos los seres vivos se mueven en el espacio y en el tiempo» (Real, 2023)

Las ubicaciones generadas a partir de plantaciones artificiales en Sierras Tejeda y Almijara (Málaga), sierra de Huétor (Granada), Sierra Nevada (Granada), Sierras de Cazorla y Segura (Jaén), Sierra Espuña (Murcia), Orcajo (Zaragoza) y también Galarreta-Zalduondo (Álava), así parecen confirmarlo.

Estas loables acciones del pasado, además de ser un caso de generosidad y amor por los árboles en muchos casos, se han convertido en el resultado de una utilísima prueba para la Ciencia así como un acto de conservación para la especie, no premeditado en aquellos casos como éste o los de Cazorla y Espuña, donde seguramente primaron más el valor ornamental que cualquier otra consideración de tipo ecológico o biogeográfico.

A día de hoy, vienen a reforzar los esfuerzos de conservación de la especie, apoyando el hecho de su expansión artificial con indiferencia sobre el pasado histórico o paleobiogeográfico de la especie o sus ancestros (Alba-Sánchez et al., 2018).

Quienes se cierran a la expansión de sus territorios históricos, restringiendo a la presencia de restos de polen fósil o paleocarbones, encuentran así una notable contradicción dictada por el propio árbol.

Fundamentalismos intransigentes, sólo perjudican a la conservación de la especie y a la población rural que puede apoyarse en la belleza que transmite al paisaje. La Lógica difusa y la Ecología de metapoblaciones (Hanski, 1991) están más de acuerdo con ello.

El Abies pinsapo Boiss. merece ciertamente estar cultivado fuera de su área natural, en toda la región Mediterránea y ello, no únicamente como árbol ornamental, muy recomendable por sus bellas dimensiones, porte regular, austero y por el bello matiz glauco de sus agujas, sino también como especie forestal. De hecho, ya está representado en todas las colecciones de árboles así como en muchos parques y jardines. Los ejemplares de grandes dimensiones no son raros….

Algunos de estos árboles con más de 20 metros de altura total, tienen hasta 1 metro de diámetro a 1,30 metros del suelo. Muchos de los existentes en Barres, en particular los más viejos, han surgido ciertamente de las semillas enviadas a Francia por Boissier en 1838, siendo contemporáneos de estos los más antiguos que pueden observarse en las propiedades de los descendientes de E. Boissier en Miolan y Valleyres, en Suiza…

El abeto pinsapo ha conformado igualmente poblaciones forestales por doquier, entre otros en el dominio de Barres y en las notalbes reforestaciones de Rialsesse (Aude). Se puede prever que pronto, al igual que el cedro del Líbano, la conífera andaluza estará representada por un mayor número de ejemplares fuera de España que en su estación natural (Pardé, 1931).


Referencias:

Alba Sánchez, F.; Abel-Shaad, D.; López-Sáez, J.A.; Sabariego Ruiz, S.; Pérez-Díaz, S.; González-Hernández, A. (2018). Paleobiogeografía de Abies spp. y Cedrus atlantica en el Mediterráneo occidental (Península Ibérica y Marruecos). Ecosistemas 27(1): 26-37 (Enero-Abril 2018). Asociación Española de Ecosistemas Terrestres.

Álvarez Calvente, M. (1994).- Los pinsapares malagueños en el recuerdo. Pp. 77-90 in Gestión y conservación de los pinsapares andaluces. Asociación Forestal Andaluza. Cádiz

Barbey, A. A. (1931).- A travers les Foréts de Pinsapo d’Andalousie. Etude de Dendrologie, de Sylviculture et d’Entomologie. Librerie Agricole. Paris

Barbey, A. A. (1996).- A través de los bosques de pinsapo de Andalucía. Estudio de dendrología, selvicultura y entomología forestal. Agencia de Medio Ambiente, Consejería de medio Ambiente. Sevilla.

Bou y Tort., A. (1974).- Los pinsapos de la Serranía de Ronda. Caja de Ahorros de Ronda, Obra socio-cultural. Málaga

Hanski, I. (1991).- Single-species metapopulation dynamics: concepts, models and observations. Biological Journal of the Linnean Society, 42: 17-38.

Ortega Gironés, E.; Sáenz de Santamaría Benedet, J. A.; Uhlig, S. (2024).- Cambios climáticos. Editorial Aula Magna. McGraw-Hill Interamericana de España S.L. Sevilla

Pardé, L. (1931).- Prefacio al libro A travers les Foréts de Pinsapo d’Andalousie de A. Barbey. Librerie Agricole. Paris

Pulido Pastor, A. (2018).- Pinsapares en el mundo. Revista digital tottoritrip.com

Real, R. (2023): La Biogeografía: ciencia geográfica y ciencia biológica, sí, pero también ciencia física. En Paül, V. et al. (eds.): Geografia, paisatge i vegetació. Estudis en homenatge a Josep Maria Panareda = Geografía, paisaje y vegetación. Estudios en homenaje a Josep Maria Panareda = Xeografía, paisaxe e vexetación. Estudos en homenaxe a Josep Maria Panareda. Madrid/Santiago de Compostela: Asociación Española de Geografía/Grupo de Análise Territorial (ANTE) GI- 1871, pp. 451-460. DOI: 10.21138/pgP.2023.35.

Ruiz Urrestarazu, M. M.ª (2008).- Los pueblos alaveses ante el reto medioambiental. Pp. 161-177 in Evolución y Desarrollo de los pueblos rurales. Álava 2008. Edita Juntas Generales de Álava.

Vinós, J. (2022).- Climate of Past, Present and Future. Critical Science Press. Madrid


Galarreta, el pinsapar del País Vasco
por Antonio Pulido Pastor


Publicado por PULI

Pastoreo estrellas, cultivo mariposas, construyo bosques

19 comentarios sobre “Galarreta, el pinsapar del País Vasco

    1. Muchas gracias a ambos. Sin duda destiláis la esencia y sensibilidad de quién puso allí el primer árbol, la primera semilla. Fue un placer conoceros y recorrer aquel paraje de vuestra mano. Enhorabuena al territorio de Galarreta-Zalkuondo por haberos instalado en su entorno y convertiros en guardianes de esa parte del Paraíso.

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  1. Magnífico articulo. He crecido en el sur de España, a la sombra de este majestuoso abeto y temía que los incendios recurrentes en mi zona acabasen con una especie que creía encontrarse al borde de la extinción. Está enorme cantidad de rodales confirman su perfecta adaptación a climas distintos de los de las montañas malagueñas, lo cual es un alivio. Como voluntario y promotor de reforestaciones, veo como un precioso objetivo extender su presencia, acortando las distancias entre los distintos pinsapares de toda España para realzar la enorme belleza de muchos más bosques peninsulares.
    Gracias al autor por abrirnos tantas ventanas a bosques desconocidos, poniéndoles voz y presencia en el mapa forestal.

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    1. Muchas gracias a ti Jordi. El empuje vital que tienes y ese fervor devoto por los árboles y las sierras bermejas, con el simple pero altruista propósito de cultivar su belleza y garantizar su persistencia. Es admirable la labor que haces y cómo transmites esa pasión a todo tu entorno.

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  2. Reportaje genial. Nunca había escuchado hablar de esta población. Y por lo que se ve, están muy a gusto y prosperando. Es una grandísima noticia. Ya tenemos una excusa para subir por aquella zona.

    Gracias.

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    1. Efectivamente Rafa, es una estupenda noticia. Genera una población satélite a los núcleos relictos originales que la aisla de las posibles alteraciones estocásticas que puedan tener aquellos, simple teoría metapoblacional. Demuestra que las condiciones ambientales actuales de gran parte de la Península Ibérica son favorables para la especie, al margen de modelos de especulación y otras posibles cábalas. Genera un potencial económico para la población local indudable, que seguramente logre que se interese por su conservación. Es por lo que visitar este pinsapar resulta de lo más recomendable.

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  3. Magnifico y documentado artículo, incluso para los que somos ignorantes absolutos en temas botánicos y forestales, pero conocemos los pinsapos de Sierra Bermeja. Entre líneas se lee el entusiasmo del autor (a quien tengo el honor y el placer de conocer personalmente) por preservar y mejorar nuestros bosques. ¡Enhorabuena!

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    1. Gracias maestro. El honor es mío, en tanto que debe venerarse la experiencia, tanto en recorrido temporal como en el espacial. Me adelantas en el tiempo y has recorrido medio mundo. Conducirte hasta el pinsapar o las peridotitas de Sierra Bermeja, donde pude aprender mucho de tu mano no es más que una anécdota para ti, que revierte en gran medida hacia mi y nuestro entorno.

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  4. Enhorabuena, Antonio, una vez más. Cómo argumentas desmontando apriorismos del mundo académico basándote en procedimientos académicos es realmente encomiable. Me encanta la palabra «consorcio» y la cita de Real es la clave de procesos geográficos y biogeográficos: ¡nos movemos! El único problema ¿sirven estos argumentos para mentes fundamentalistas?

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    1. Querida maestra. Tu tesis doctoral fue el primer libro sobre las montañas de Málaga que leí cuando llegué a esa provincia. Me ayudó mucho a conocer la caracterización física del territorio y a entender las dificultades de la población rural que las utilizaba para sobrevivir. Te conocí después en las primeras jornadas sobre el tejo y las sierras Tejeda-Almijara, porque me parecía fundamental la perspectiva que le dabas al paisaje y al paisanaje así como alguien de tanta enjundia científica y académica sobre el tema en la cercanía local. Han pasado ya 30 años de aquello y me alegra enormemente que nuestra colaboración haya aumentado al tiempo que mi admiración por ti. Por eso tus comentarios y apoyo tienen enorme valor para mi. Los fundamentalismos se tambalean frente al peso de la evidencia y la lógica de lo razonable y eficiente. Recortarles terreno en el campo mediático contribuye a que se generalicen otros puntos de vista que son menos comunes. La Biogeografía con esa máxima del profesor Real y la Geología con su principio del Actualismo nos acercan a la perspectiva del todo cuántico en el que se desenvuelve no solo el planeta Tierra, sino todo el Universo.

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  5. Interesantísimo tu relato Antonio, gracias por aportar toda esa información sobre los Abies. El presente muestra poblaciones refugiadas en ubicaciones cuya orografía y localización singular han permitido su permanencia en estos períodos de aridez, y ahí están, a la espera de una mayor distribución cuando el fresco se deje ver como repetidamente lo ha hecho en el pasado. A buen seguro entonces migrará y se combinará genéticamente con sus poblaciones vecinas… la vida de estos Abies continuará evolucionando, dando cobijo a otras muchas especies, y sorprendiendo a otros observadores muy probablemente no humanos.

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  6. Un fantástico artículo Antonio. Nos iluminas a los forestales e igualmente a otros colectivos. Nos abres la posibilidad de hermanamiento en ese triángulo Sur-Norte. Nos motivas y justificas la posibilidad de expansión del pinsapo ante futuras alteraciones climáticas.

    Gracias. Un abrazo 🤗 🤗

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    1. Gracias Fernando, realmente las analogías paisajísticas y ambientales entre aquel enclave y ubicaciones espontáneas son más que asombrosas. Aunque iba sobre aviso, la impresión que se obtiene al visitar la zona es mucho más sorprendente de lo esperado. Despliega además unas sensaciones que resultan muy relajantes, como si se tratara de un déjà vu o sentirse como en casa. La conexión entre ambos lugares es inevitable en aras de la posible cooperación que para la conservación de unos u otros pudiera resultar necesaria en el futuro. Siempre se habló de tener reservorios de cara a posibles crisis naturales o sobrevenidas que pudieran comprometer profundamente la persistencia de los núcleos originales.

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  7. Muy buen trabajo, Antonio. Este pinsapar tiene todo lo que puede gustar a un forestal: belleza paisajística, misterio, tranquilidad, fustes rectos, biodiversidad, … Sigue divulgando así!!!

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    1. Muchas gracias Alejandro. Acaba de salir publicado en edición papel un artículo sobre este pinsapar que alguien se apresuró a visitar un par de días después de que nosotros estuviésemos por allí. Debieron pensar en modo Polo Norte se tratase al estilo Scott-Peary. Sin embargo, puede comprobarse que no ha habido nada de eso. Este artículo nuestro tiene el calor del hogar de Kukuma Etxea, el olor de los quesos de Galarreta y la brisa de la montaña entretejiendo las copas de los pinsapos. Enhorabuena por ese lugar. El descubrimiento de ese pinsapar, o su actualización es tuyo y así queda marcado en este artículo. Su única pretensión, no es más que significar la importancia de liberar al pinsapo de restricciones que posee actualmente para que se pueda difundir libremente por cualquier parte de España.

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