El 31 de diciembre de ese año, Lolita despertó temprano con una mezcla de nervios y esperanza. Había planeado la cena de esa noche con esmero, deseando que todo saliera perfecto. Era su oportunidad de demostrarle a Vicenteta y a Eudald que podía ser una buena anfitriona. Pasó horas cocinando, asegurándose de que cada platoSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XVII: Una noche para recordar»