Eudald, desde temprano, había insistido en que Lolita fuese a casa de su madre para desayunar. Y quería que se quedase allí a comer también. Que fuese a almorzar y a comer todos los días de esa semana y de la semana siguiente. Comenzó pensando que dos semanas iban a ser suficientes. De hecho, élSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XIV: Un encuentro en el parque»