Los meses que siguieron al compromiso fueron una vorágine de preparativos. Eudald se encargó de los detalles con una precisión casi obsesiva, ocupándose de la elección de la iglesia, los arreglos florales y hasta el más ínfimo detalle del vestido de Lolita, sin importarle lo más mínimo lo que pudieran pensar ellas sobre que élSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo VII: Preparativos y promesas»