El cambio llegó sin previo aviso. Eudald había estado perfeccionando su control sobre Lolita, buscando formas cada vez más ingeniosas para subyugarla. Ahora, su crueldad adoptó una nueva rutina: el encierro en el baño. Lo había estado pensando con tiempo y disfrutaba la idea de llevarlo a cabo, si bien, en su interior, realmente pensabaSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XI: El reflejo de la humillación»