La Barcelona del siglo XIX era un laberinto de calles estrechas y edificios imponentes. Sofía y yo nos movíamos con cautela, conscientes de que cada paso que dábamos podría alterar el curso de la historia. Rápidamente, sentí que Sofía no iba a ser una carga en esta enigmática situación que, siendo yo tan realista, meSigue leyendo «El enigma del reloj de arena: una detective en el laberinto del tiempo (parte II)»