Inimpugnable – Capítulo XIV: Un encuentro en el parque

Eudald, desde temprano, había insistido en que Lolita fuese a casa de su madre para desayunar. Y quería que se quedase allí a comer también. Que fuese a almorzar y a comer todos los días de esa semana y de la semana siguiente. Comenzó pensando que dos semanas iban a ser suficientes. De hecho, élSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XIV: Un encuentro en el parque»

Inimpugnable – Capítulo XIII: Una velada incómoda

Era una tarde lluviosa y muy desapacible. Eudald estaba sentado en su nuevo sillón de cuero, mirando la televisión, mientras Lolita planchaba en la habitación contigua. Llevaban así un par de horas, cuando Eudald le pidió a Lolita un vaso de Brandy. Tenían más de diez botellas: Soberano, 103, Fundador, Terry, Carlos III, Lepanto, Torres,Sigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XIII: Una velada incómoda»

Inimpugnable – Capítulo XII: Un respiro envenenado

Se adentraba el verano y parecía que Eudald no iba a tener vacaciones. Pero, en un inesperado gesto de aparente generosidad, Eudald decidió organizar un viaje para Lolita y su madre, Vicenteta. —Nos vendrá bien un cambio de aires —anunció durante la cena, mirando a Vicenteta con una amabilidad que parecía genuina—. Además, Lolita llevaSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XII: Un respiro envenenado»

Inimpugnable – Capítulo XI: El reflejo de la humillación

El cambio llegó sin previo aviso. Eudald había estado perfeccionando su control sobre Lolita, buscando formas cada vez más ingeniosas para subyugarla. Ahora, su crueldad adoptó una nueva rutina: el encierro en el baño. Lo había estado pensando con tiempo y disfrutaba la idea de llevarlo a cabo, si bien, en su interior, realmente pensabaSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XI: El reflejo de la humillación»

Inimpugnable – Capítulo X: Las llaves de la libertad

A medida que el matrimonio avanzaba, las restricciones impuestas por Eudald sobre Lolita se volvían más asfixiantes. La primera vez que la encerró en casa ocurrió de una manera, aparentemente, protectora. Una mañana, mientras se preparaba para salir a su consulta, le dio un beso frío en la frente y le dijo con voz seca:Sigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo X: Las llaves de la libertad»

Inimpugnable – Capítulo IX: El silencio de Lolita

Después de la boda, Lolita asumió su nueva vida al lado de Eudald con una mezcla de resignación, ganas de crecer y esperanza. Sabía que debía adaptarse y ser la esposa que él (y su madre) esperaban que fuera. Se lo habían inculcado tanto que no le quedaba otra que entender que su niñez seSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo IX: El silencio de Lolita»

Inimpugnable – Capítulo VIII: Un nuevo comienzo

El 31 de diciembre llegó con una calma inusual en el hogar de Lolita. El aire parecía denso, cargado de expectativas, y cada rincón de la casa había sido transformado en un reflejo de los preparativos finales. Era el día de la boda, un día que Lolita había esperado con una mezcla de alegre nerviosismoSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo VIII: Un nuevo comienzo»

Inimpugnable – Capítulo VII: Preparativos y promesas

Los meses que siguieron al compromiso fueron una vorágine de preparativos. Eudald se encargó de los detalles con una precisión casi obsesiva, ocupándose de la elección de la iglesia, los arreglos florales y hasta el más ínfimo detalle del vestido de Lolita, sin importarle lo más mínimo lo que pudieran pensar ellas sobre que élSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo VII: Preparativos y promesas»

Inimpugnable – Capítulo V: La propuesta

En las semanas posteriores a aquella primera visita, Eudald comenzó a frecuentar la casa de Lolita con regularidad, en momentos inesperados. Caballeroso, como siempre, cada vez que iba, llevaba algún pequeño obsequio: una caja de bombones, un ramo de flores frescas o alguna delicadeza que alegraba el día de madre e hija. Tan educado ySigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo V: La propuesta»

Inimpugnable – Capítulo IV: Una visita inesperada

Lolita observaba la vida pasar desde la ventana de su habitación, en su casa de Valencia. La luz del atardecer cubría las calles con un brillo dorado, y ella sentía cómo esa calidez contrastaba con la frialdad que invadía su hogar desde que su padre había fallecido. A pesar de que habían pasado ya algunosSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo IV: Una visita inesperada»

Inimpugnable – Capítulo III: Un helado de fresa

Era una tarde soleada, de esas pocas en las que, en Barcelona, el cielo parece no tener límites. Eudald y Lolita caminaban juntos hacia la heladería, uno al lado del otro, ella con una sonrisa nerviosa y él con una mirada firme, calmada y segura. Cada vez que se encontraban, Lolita sentía cómo sus dudasSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo III: Un helado de fresa»

Inimpugnable – Capítulo II: El Encuentro

Lolita jamás olvidaría la primera vez que vio a Eudald. No tenía forma de imaginar lo que significaría para ella aquel encuentro que su madre, Vicenteta, había provocado de manera inocente. Habían ido juntas a Barcelona, a visitar a una amiga de Vicenteta que acababa de dar a luz en La Maternidad, un hospital conSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo II: El Encuentro»

Inimpugnable – Capítulo I: Dolores

Lolita había nacido un 21 de noviembre, en Valencia, en un día gris y lleno de viento que parecía anticipar el infortunio. Su madre la bautizó con el nombre de Dolores, como si su destino ya estuviera marcado, y fue su padre quien, con cariño y ternura, empezó a llamarla «Lolita» para suavizar la durezaSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo I: Dolores»

Jules et Jules (o de cómo comenzó la Ciencia Ficción)

Verne era el transtiempo más avanzado de su época. Según me comentaba mi padre, transtiempos han habido desde los fenicios (que se sepa), pero ni han existido tantos como en el siglo presente (el XXI) ni los habrá en el futuro siglo, según se sospecha por los bajos índices de natalidad, también entre nosotros.  Los transtiempos solo podemos viajar en elSigue leyendo «Jules et Jules (o de cómo comenzó la Ciencia Ficción)»

Howard Fast: de comunista a multimillonario

A Howard Fast le salió muy caro ayudar a los Republicanos españoles. Pero, paradójicamente, también este acto de integridad comunista le hizo multimillonario. Y su discreción: ésta también le ayudó muchísimo, llevándole a la prisión y a su estrellato. Fast, como mis padres, era de origen judío y comunista. Trabajador, disciplinado, sereno (excepto en cuestionesSigue leyendo «Howard Fast: de comunista a multimillonario»