Lena tamborileaba los dedos en la mesa de la cafetería, observando cómo la gente iba y venía entre las mesas con un ritmo que casi la adormecía. No se sentía tranquila, y el murmullo incesante del local solo acentuaba el cansancio acumulado. Las últimos dos años habían estado llenos de silencio, de incomodidad, de miedoSigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 8: El giro»
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Espejo roto – Capítulo 7: El laberinto de Escher
En las sombras de la ciudad, donde la realidad se difumina y los sueños cobran vida, un hombre observaba. Sus ojos, de un gris metálico inquietante, seguían el caos que se desarrollaba como si fuera una sinfonía perfectamente orquestada. Se hacía llamar Janus, y su presencia era como un eco en una habitación vacía: imperceptible,Sigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 7: El laberinto de Escher»
Espejo roto – Capítulo 6: Ecos del caos
El hospital Providence bullía de actividad. Médicos y enfermeras corrían de un lado a otro y sus voces mezclaban en un coro urgente de órdenes y diagnósticos. En medio de este caos controlado, Mary y François irrumpieron por las puertas de la sala de emergencias, con sus rostros pálidos por el miedo y la incertidumbre.Sigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 6: Ecos del caos»
Espejo roto – Capítulo 5: Caminos divergentes
Los días que siguieron al incidente en la habitación fueron como una pesadilla en cámara lenta para Lena. Luna había desaparecido, dejando tras de sí solo una nota críptica: No me busquéis. Necesito encontrarme a mí misma. Mary y François, devastados y confundidos, habían contactado a la policía, pero sin signos de secuestro o coacción,Sigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 5: Caminos divergentes»
Espejo roto – Capítulo 4: Sombras del pasado
Los días que siguieron a la confrontación en la biblioteca se convirtieron en semanas de un silencio ensordecedor entre Lena y Luna. La casa que una vez había resonado con sus risas y secretos compartidos ahora parecía un mausoleo de recuerdos rotos. Sus padres, Mary y François, en los pocos momentos que pasaban en casaSigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 4: Sombras del pasado»
Espejo roto – Capítulo 3: Grietas en el cristal
El otoño llegó a la pequeña ciudad costera, trayendo consigo vientos fríos y hojas doradas que danzaban en las calles. Para Lena y Luna, ahora en su último año de instituto, el cambio de estación parecía reflejar la transformación en su relación. Lo que una vez fue una conexión inquebrantable ahora estaba lleno de silenciosSigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 3: Grietas en el cristal»
Espejo roto – Capítulo 2: Sombras crecientes
Los años de la adolescencia llegaron como una tormenta de verano, repentina y transformadora. Lena y Luna, ahora con quince años, se encontraban en el umbral de la adultez y sus cuerpos y mentes evolucionaban, cambiando a un ritmo vertiginoso. Ambas comenzaron a desarrollar cuerpos atractivos, tanto para los chicos y chicas de su edadSigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 2: Sombras crecientes»
Espejo roto – Capítulo 1: Reflejos idénticos
En una pequeña ciudad costera, donde el mar susurraba secretos a las rocas y el viento jugaba con las hojas de los árboles centenarios, nacieron Lena y Luna, dos gemelas idénticas como dos gotas de agua. Llegaron al mundo en una noche de tormenta, como si el cielo mismo celebrara su llegada con relámpagos ySigue leyendo «Espejo roto – Capítulo 1: Reflejos idénticos»
Inimpugnable – Capítulo XIX: El renacer de Lolita
La noche estaba tranquila, casi demasiado tranquila. Eudald había salido con sus amigos y, como siempre, había dejado a Lolita encerrada en el baño. Pero esta vez, ella no tenía miedo. Con el plan en marcha, se permitió sentir algo que había olvidado hacía tiempo: esperanza. Cuando Eudald regresó, tambaleándose por el alcohol, no notóSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XIX: El renacer de Lolita»
Inimpugnable – Capítulo XVIII: La semilla de la venganza
Lolita se despertó con el corazón agitado. Había pasado semanas planeando cada detalle, cada posibilidad, cada riesgo. La idea de hacer algo contra Eudald la llenaba tanto de miedo como de una pequeña chispa de esperanza. Sabía que Carmen sería la única en entenderla, así que aprovechó uno de sus encuentros en el parque paraSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XVIII: La semilla de la venganza»
Inimpugnable – Capítulo XVII: Una noche para recordar
El 31 de diciembre de ese año, Lolita despertó temprano con una mezcla de nervios y esperanza. Había planeado la cena de esa noche con esmero, deseando que todo saliera perfecto. Era su oportunidad de demostrarle a Vicenteta y a Eudald que podía ser una buena anfitriona. Pasó horas cocinando, asegurándose de que cada platoSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XVII: Una noche para recordar»
Inimpugnable – Capítulo XVI: El cristal y el altavoz
Eudald trabajó con meticulosidad durante varios días. Pasaba horas en el baño, asegurándose de que Lolita no entrara para interrumpirlo en su nueva tarea. Era algo impensable, inimaginable para su esposa: una esposa dulce por obligación, fogosa por intimidación, cocinera por coacción; una esposa ficticia, creada por y para servir a su marido que, sinSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XVI: El cristal y el altavoz»
Inimpugnable – Capítulo XV: La llave y la puerta cerrada
Tras muchos días yendo a casa de su madre para aprender a cocinar, Lolita, por fin, pidió permiso a Eudald para quedarse en casa. Necesitaba limpiar y organizar los armarios de invierno. La noche anterior, vio a su marido pasar el dedo por encima de un mueble y se percató de que, en breve, laSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XV: La llave y la puerta cerrada»
Inimpugnable – Capítulo XIV: Un encuentro en el parque
Eudald, desde temprano, había insistido en que Lolita fuese a casa de su madre para desayunar. Y quería que se quedase allí a comer también. Que fuese a almorzar y a comer todos los días de esa semana y de la semana siguiente. Comenzó pensando que dos semanas iban a ser suficientes. De hecho, élSigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XIV: Un encuentro en el parque»
Inimpugnable – Capítulo XIII: Una velada incómoda
Era una tarde lluviosa y muy desapacible. Eudald estaba sentado en su nuevo sillón de cuero, mirando la televisión, mientras Lolita planchaba en la habitación contigua. Llevaban así un par de horas, cuando Eudald le pidió a Lolita un vaso de Brandy. Tenían más de diez botellas: Soberano, 103, Fundador, Terry, Carlos III, Lepanto, Torres,Sigue leyendo «Inimpugnable – Capítulo XIII: Una velada incómoda»