El sabor de la culpa – Capítulo 16: Nuevas conexiones

El caso había tomado una envergadura internacional. Con la confesión parcial de María y las pruebas acumuladas, Luján y su equipo tenían claro que estaban enfrentándose a una organización mucho más amplia y peligrosa de lo que inicialmente imaginaron. Luz no solo era una figura central en la operación, sino una mente calculadora que había tejido una red de envenenamiento con implicaciones globales.

El inspector reunió a su equipo en una reunión de emergencia en la comisaría.

—Tenemos una imagen más clara, pero todavía estamos lejos de desmantelar esta red. Sabemos que Luz y María tienen un vínculo profundo, pero Luz sigue siendo la clave. Necesitamos identificar sus contactos internacionales y cómo están utilizando AgroChem Solutions para distribuir los químicos.

La agente Carmen Ruiz tomó la palabra.

—Hemos rastreado las transferencias de AgroChem y descubierto que tienen vínculos con tres países clave: Hungría, Eslovaquia y Ucrania. Estas naciones parecen ser el origen de algunos de los químicos más complejos que encontramos en las pruebas.

Luján asintió.

—Entonces es hora de involucrar a Europol. Envíen un informe completo a la oficina central de delitos químicos y soliciten más información a la Interpol. Mientras tanto, sigamos presionando a Luz.


La resistencia de Luz

Luz seguía en custodia preventiva, pero mantenía su hermetismo. Cada vez que Luján intentaba interrogarla, ella se refugiaba en el silencio o respondía con evasivas.

—Tienes que saber que este juego se acabó —le dijo Luján durante un nuevo interrogatorio—. María nos lo contó todo. Sabemos que AgroChem está detrás de esto y que tú eres la pieza central. Lo único que puedes hacer ahora es cooperar.

Luz lo miró con una sonrisa sarcástica.

—¿De verdad crees que sabes todo? María siempre fue débil. No importa lo que haya dicho, no puedes tocarme. Y aunque lo intentes, otros seguirán mi trabajo.

Luján sintió cómo una mezcla de frustración y determinación lo invadía. Luz estaba claramente intentando ganar tiempo, probablemente esperando que alguien en su red intentara rescatarla o borrar las pruebas que quedaban.

Decidió cambiar de estrategia. Si Luz no hablaba, la presión debía venir desde fuera. Ordenó a su equipo redoblar esfuerzos en los interrogatorios a otros implicados, incluyendo a Julián Rosales, que seguía cooperando desde prisión en busca de una reducción de condena.


Nuevas conexiones

La Europol respondió a la solicitud de ayuda. Una delegación de expertos en delitos químicos llegó a Madrid para colaborar con el equipo de Luján. Entre ellos, el investigador francés Alain Fournier aportó información valiosa sobre un caso similar en Lyon, donde se había detectado una intoxicación masiva durante un festival.

—Los compuestos encontrados en Lyon son idénticos a los que ustedes detectaron en España —explicó Fournier durante una reunión conjunta—. Además, logramos rastrear la compra de uno de los químicos hasta una filial de AgroChem en Budapest.

Luján tomó nota con rapidez.

—¿Tienen sospechosos identificados en Francia?

—No directamente, pero sí sabemos que algunos de los organizadores del festival tuvieron contacto con intermediarios relacionados con AgroChem. Creemos que el patrón es el mismo: Luz o alguien de su equipo proporciona los textiles o utensilios contaminados a través de un tercero.

El inspector agradeció la información. Ahora tenía una dirección más clara: atacar las conexiones financieras y logísticas de AgroChem en Europa.


El avance del laboratorio

En el laboratorio forense, los análisis avanzaban. Había encontrado toxina botulínica en trazas mínimas en uno de los manteles recuperados del almacén de Luz.

El doctor López, jefe forense, llamó a Luján para explicarle los hallazgos.

—Inspector, este caso no es solo de envenenamientos aislados. La toxina botulínica no se usa de manera casual; requiere un conocimiento técnico avanzado para manipularla sin riesgo. Esto confirma que estamos lidiando con expertos.

—¿Podemos rastrear el origen de esta toxina? —preguntó Luján.

—Estamos trabajando en ello, pero lo más probable es que haya sido adquirida en un laboratorio clandestino. Es demasiado peligrosa para que alguien la transporte de forma abierta.

Luján agradeció la información y ordenó al equipo de Europol priorizar la búsqueda de estos laboratorios. Si lograban identificar el punto de producción, podrían cortar uno de los principales suministros de Luz.


Nuevo giro inesperado

Días después, la investigación dio un vuelco. Una de las empresas pantalla vinculadas a AgroChem resultó ser administrada por un hombre llamado Roberto García, el mismo apellido que compartían Luz y María.

Tras ciertas investigaciones, descubrieron que Roberto era el hermano mayor de ambas mujeres. Este descubrimiento complicaba aún más la trama. No solo había dos hermanas involucradas, sino que ahora un tercer miembro de la familia parecía estar financiando y organizando parte de la operación. Luján decidió actuar con rapidez y solicitó una orden para interrogar a Roberto.


El interrogatorio de Roberto

Roberto García fue detenido en su oficina en Valencia, donde dirigía una empresa de logística aparentemente legítima. Durante el interrogatorio, negó cualquier implicación en actividades ilegales.

—No sé de qué me hablan. Mi negocio es completamente legal. No tengo nada que ver con Luz ni con María desde hace años —afirmó con frialdad.

Pero Luján sacó las pruebas financieras que lo vinculaban con AgroChem y lo presionó.

—Roberto, tienes dos opciones. Cooperas y explicas tu participación, o te hundes junto con ellas. Las transferencias no mienten.

Finalmente, tras horas de interrogatorio, Roberto cedió.

—Está bien, les diré lo que sé. Pero no soy el cerebro detrás de esto. Solo manejaba el dinero para Luz. Ella me convenció de que era una forma de vengarnos de todo lo que sufrimos de niños, pero nunca pensé que llegaría tan lejos.

Luján sabía que Roberto no decía toda la verdad, pero su testimonio sería suficiente para avanzar. Ordenó su detención preventiva mientras seguía desentrañando la red.


Reflexión de Luján

Esa noche, Luján se sentó en su despacho, repasando todo lo que había descubierto y reorganizando su mural. Las piezas del rompecabezas estaban encajando, pero la imagen completa aún se le escapaba. Luz y María habían convertido su trauma de infancia en una cruzada mortal.

El inspector sabía que el final estaba cerca, pero también que Luz tenía un as bajo la manga. Era más que evidente con su silencio perpetuo. Era cuestión de tiempo antes de que intentara escapar o eliminar cualquier rastro de su red. Luján debía adelantarse.

El siguiente paso sería atacar los puntos clave de producción y distribución, desmantelando la operación antes de que Luz pudiera reagruparla.


El sabor de la culpa
Capítulo 16: Nuevas conexiones
por Carmen Nikol


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