El inspector Luján, consciente de que el caso se estaba volviendo cada vez más intrincado, reunió a su equipo en la sala de operaciones de la comisaría. Los datos recolectados en las últimas semanas apuntaban a un modus operandi que podría extenderse más allá de su ciudad. Luz, la misteriosa mujer capturada recientemente, seguía sin colaborar en los interrogatorios, aferrándose al silencio como única estrategia. Luján decidió cambiar de enfoque.
—Vamos a escalar esto —anunció, sosteniendo un expediente grueso lleno de informes preliminares—. Quiero que esta información llegue a todos los cuerpos policiales en el país. Necesitamos saber si casos similares han ocurrido en otros lugares, especialmente en eventos que involucren comidas populares o mercadillos.
El equipo preparó una circular detallada que incluía descripciones de los químicos encontrados, el tipo de textiles involucrados y las circunstancias del envenenamiento de María Montes. Además, se añadió un perfil preliminar de Luz basado en los datos recabados durante su detención. También contaron con todo el informe tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil, más allá del los equipos previos de ambas unidades con las que se inició la investigación; asimismo, forenses de hospitales con unidades toxicológicas destacadas podían acceder al mismo.
Análisis forense de César
Mientras se esperaba respuesta a la circular, el análisis forense sobre la muerte de César arrojaba información crucial. Su cuerpo había sido encontrado en una celda, sin signos de violencia externa. Sin embargo, la autopsia reveló un cuadro tóxico complejo. El doctor López, jefe de laboratorio, explicó los hallazgos durante una reunión con Luján y su equipo.
—La causa directa de la muerte fue una insuficiencia respiratoria aguda, provocada por una combinación de compuestos químicos altamente tóxicos. Entre ellos, hemos identificado nuevamente organofosforados, el mismo tipo de sustancia encontrado en el mantel original. Pero además de esto, había rastros de ricina y cianuro.
Luján fijó la mirada en el forense y preguntó:
—¿Cómo se justifica la presencia de tantos compuestos diferentes?
López ajustó sus gafas, señalando una diapositiva en la pantalla que mostraba un análisis químico detallado.
—Esto no es un accidente. La mezcla es deliberada. La ricina, por ejemplo, es extremadamente letal incluso en pequeñas dosis y es casi imposible de detectar si no se busca específicamente. En combinación con el cianuro, los efectos son casi inmediatos. Lo interesante aquí es que los niveles de organofosforados eran significativamente más altos, lo que indica que fue el compuesto principal utilizado.
Luján tomó nota, recordando el primer envenenamiento de María.
—¿Es posible que el método de aplicación sea el mismo? ¿Una exposición ambiental?
López asintió.
—Es muy probable. El envenenador tiene un conocimiento detallado de toxicología y parece utilizar sustancias que pueden mezclarse con facilidad en entornos cotidianos. Por ejemplo, tanto la ricina como el cianuro pueden impregnarse en textiles, lo que los convierte en armas silenciosas pero mortales.
Respuesta a la circular
En menos de una semana, las respuestas comenzaron a llegar. Varios informes coincidían con el patrón identificado: intoxicaciones masivas en fiestas populares, especialmente en eventos al aire libre organizados en pequeños barrios o aldeas. Los incidentes reportados abarcaban un período de más de diez años y cubrían diferentes regiones del país.
Una de las respuestas más detalladas llegó desde Galicia, donde, en 2018, una fiesta popular había dejado a más de 30 personas hospitalizadas con síntomas de intoxicación grave. Aunque las investigaciones de aquel caso no habían llegado a ninguna conclusión definitiva, las similitudes con el caso actual eran innegables: la intoxicación parecía provenir de manteles y utensilios de cocina distribuidos en el evento.
Otra respuesta significativa llegó desde la propia Andalucía, donde en 2021 se había reportado la muerte de un matrimonio tras asistir a una feria local. Aunque inicialmente se había atribuido a un caso de botulismo, los registros toxicológicos contenían rastros de organofosforados, un dato que en su momento no se consideró relevante.
Luján, al leer estos informes, comenzó a trazar un patrón claro: los envenenamientos no solo eran intencionados, sino que parecían formar parte de un esquema organizado y meticulosamente planeado.
Descubrimientos en el laboratorio
Mientras tanto, el equipo forense se amplió y trabajaba sin descanso para analizar los químicos, así como para rastrear su origen. Los compuestos encontrados en César y en los manteles sugerían que los envenenadores tenían acceso a fuentes industriales de pesticidas y otros agentes tóxicos. Esto llevó a los investigadores a inspeccionar empresas que manejaban estos productos en grandes cantidades.
Uno de los descubrimientos más relevantes fue una empresa ubicada en Valencia que había reportado robos de material tóxico en varias ocasiones durante los últimos años. Aunque los incidentes habían sido archivados, Luján ordenó reabrirlos y entrevistar a los empleados. Una conexión comenzaba a formarse entre estos robos y la operación liderada por Luz.
Plan de acción
Luján sabía que el caso estaba a punto de explotar en términos de complejidad. Decidió reunir nuevamente a los diferentes cuerpos policiales implicados en una conferencia de alto nivel para planificar los siguientes pasos. Con la colaboración de la UCO y la UDEV, el objetivo era identificar todos los eslabones de esta red y desmantelarla por completo.
El inspector también tenía claro que Luz era una pieza clave, pero la mujer continuaba negándose a hablar, así que Luján decidió que su próxima prioridad sería identificar quién era realmente y qué conexiones tenía con María Montes. Aunque aún no lo sabía, estaba más cerca de descubrir un vínculo que cambiaría todo el curso de la investigación.
El camino hacia la verdad estaba plagado de preguntas: ¿quiénes eran realmente Luz y María? ¿Cuál era su objetivo final? Y, lo más importante, ¿cuánto tiempo más podrían operar antes de ser detenidas?
A medida que las piezas comenzaban a encajar, Luján sentía que el caso se adentraba en aguas demasiado complejas y peligrosas. La red de envenenadores era mucho más extensa, creía, de lo que había imaginado. Y Luz, con su silencio obstinado, seguía siendo la sombra que oscurecía todo.
El sabor de la culpa
Capítulo 11: Tejiendo el enigma
por Carmen Nikol
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LICENCIA: © 2025 | CC BY-NC-ND
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