El sol de la tarde era de justicia y se filtraba entre las celosías de la casa de Carlos, proyectando sombras alargadas sobre las paredes encaladas, y en el aire flotaba un aroma denso a madera vieja, incienso y tabaco. Manuela estaba de pie, junto a la ventana, con los brazos cruzados sobre el pechoSigue leyendo «El Bastión – Capítulo 3: Carlos»